El secreto de la felicidad.
De niño, influenciado sin duda por lo que a mí me parecía un enorme poder adquisitivo en mi amigo Milín, siempre quise ser mecánico de coches. Las madres, que nos conocen en todas nuestras miserias siempre están al quite; la mía lo estuvo y me lo quitó de la cabeza con una sola frase: “es muy sucio”. Por aquel entonces, el agua y yo no hacíamos buenas migas y no era porque fuese yo excesivamente desaseado, pero compréndanlo, en aquel tiempo en el pueblo en donde había nacido el agua no respondía a los parámetros de hoy en día, no obedecía las órdenes del grifo, entre otras cosas porque no había grifos. Para lavarme, tenía que bajar al patio, extraer agua del pozo (una bomba neúmatica que aún existe) en un recipiente de cinc, subirla, y si la quería caliente, no tenía más remedio que encender el fuego (sí, el fuego, con una cerilla, no teníamos que frotar pedernal, ya no…) y una vez caliente componérmelas para asearme. Por eso comprenderéis que toda esa parafernalia la reservase para los domingos, antes de ir a misa. De ahí que mi madre acertase de pleno para que no volviese a pensar en la mecánica ni por asomo. Pero a mis diez años, en algo tenía que pensar, en aquellos tiempos no era fácil estudiar como ahora, para hacer el bachillerato tenías que salir de tu pueblo, pagarte una pensión y no todos podíamos hacerlo. En mi pueblo, ninguno. Ahora, como todos sabéis, si entras en la Universidad y tienes paciencia para esperar seis o siete años, te acaban dando el título por aburrimiento. Que te valga para algo es harina de otro costal.
Ya me he perdido. Quería demostrar que la felicidad consiste en acomodarse a las circunstancias de que uno dispone y mejorarlas sin tanto esfuerzo que éste te impida conseguir aquello que estás buscando.
Por eso me fijé en don Evaristo. Siempre limpio, siempre elegante, zapatos lustrosos, americana y pantalón, y los sábados su copa de Magno en la mano izquierda mientras con la derecha saboreaba una faria con los ojos entornados y mirando de reojo las cartas de la mesa. Ufff, menuda vida se pegaba el tío, pensé. He ahí mi modelo. Indagué sobre su vida y me enteré que trabajaba en el Ayuntamiento porque sus padres pertenecían a no se qué organización cercana al Alcalde quien encontró en los estudios primarios de D. Evaristo lo que no tenían los estudios de Derecho de D. Eloy y además el padre de éste había sido comunista y había estado muy a punto de ser paseado por un grupo de gentes armadas con horcas y azadas y alguna escopeta de caza. Ahí me dí cuenta de que si quería vivir como D. Evaristo, tenía que estudiar y/o pertenecer a alguna asociación cercana al alcalde. Ambas cosas me parecían difíciles dado mis humildes orígenes. Y entonces sucedió algo que cambió mi vida: entró en ella D. Benigno, el cura del pueblo.
Pero esa es otra historia, o varias, ahora sólo me corresponde decir que he conseguido más de lo que en mi infancia anhelaba, por lo que debería decir que soy feliz!
Nunca había pensado en escribir y ahora tengo un blog! !y con siete seguidores!
Pero el ser humano es tan voluble y avaricioso que le da por pensar que todo lo que tiene es poco. Sic transit gloria mundi.
Orense a T.T
sábado, 14 de noviembre de 2009
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Kaixo!
ResponderEliminar¡Mira que te haces de rogar!
Ya me voy contenta al trabajo :-D
Muxu bat
Ram
Con qué poco te contentas..!
ResponderEliminarQue compartas tu alegría con quien desees..
Soy feliz, estudié lo que siempre había deseado y además vivo de ello.
ResponderEliminarSoy feliz, porque comparto contigo destellos y segundos de una o varias vidas.
Me gustan tus historias y sobre todo la naturalidad de cada una.
Mis besos corazón, siempre
Naturalidad es lo que me queda, cuando quiero poesía te leo, con gran placer..
ResponderEliminarTus castos besos sonrojan mis mejillas..
Bueno aquí llegó tu seguidora nro.8
ResponderEliminarCreo que estamos en presencia de un niñito visionario. Sigo tu historia.
Un abrazo
No me azares, si sé que me vigilas me cohibo...Bienvenida, auroraines..
ResponderEliminarAdorei o teu blog, escreves mesmo bem. Apesar de ser portuguesa, percebe-se bem aquilo que escreves. Um beijo
ResponderEliminarO portugues nao deixa de ser um idioma irmao do espanhol..e mesmo do galego. Gosto das voças palabras agarimosas..Bemvida.
ResponderEliminarDejate sorprender por la vida y te dara mas de lo que realmente esperas!
ResponderEliminarBien por ti, los logros son para seguir creciendo.
Saludos
Cesar, es una suerte poder decir que eres feliz, no todo el mundo puede hacerlo.
ResponderEliminarNo por tener mucho en la vida, se es más feliz... a veces es mejor tener poquito y bueno.Pero soy de las que pienso que se debe dejar de luchar por lo que se quiere y se desea.
Me ha encantado leerte de nuevo.
Besitoss
Sweet, soy de los que piensan que es tan importante el viaje como el destino...La emoción del viaje, el sentirte vivo, la consciencia de tí, es la vida. Y lo que importa es lo que te sucede mientras buscas la felicidad...
ResponderEliminarIsa, compartiréi contigo um segredo..Aprendin um pouco de portugués o final dos anos escuros da nossa ditadura,sendo eu um neno e pasando o país veciño, a Chaves, pra mercar escritos e ver films que nao era posibel ver na Espanha..O portugués é, enton, unha lingua amiga..Si voçe tem antoxo, eu traduzco calquer escrito que voçe quiser..mais nao paga a pena, aconseio de ler a Eça de Queiroz...
ResponderEliminarSil, gracias por tu visita, efectivamente la vida es generosa si la vives con alegría y algo de displicencia...
ResponderEliminarHermano... cómo ya te han dado mucha coba, yo no pienso hacerlo, yo reclamaré sobre un detalle importante... ¡has cortado la historia cuando se empezaba a poner interesante!
ResponderEliminarPor cierto, aunque creo que no estoy en la lista de seguidores (si hay que darle a algún lao, mal vamos, ya sabes que soy vaga) peo apúntame en la lista de seguidoras itinerates.
tambén aqui a xuventude brinca no alambre do alcohol e da herba!
ResponderEliminarEmpar, empar, Empar.....dale al botoncito, no seas vaga..!
ResponderEliminarTranquila, la historia continuará, donde había quedado, pero necesito repasar los legajos....
Me han llegado más cartas amenazantes del grupo que pudo reinar...cuando mi abogado las haya comprobado las iré haciendo públicas!
Bicos.
Me encanta leer los comentarios que te dejan... y la verdad no se de que te quejas ... poquita gente pero de la BUENA, si, si del abuena con mayusculas... te aprecian y aprecian tus escritos y eso para ti tiene que ser mas que gratificante.
ResponderEliminarSabes? me gusta .... como lo llamaria yo? tu relato?... tu historia?... tu biografia??.... porque tiene un poquito de cada uno de ellos, y me gusta por la sencillez de tu escritura y por la naturalidad del escritor... Un beso y que sepas que estoy impaciente por seguir leyendo ese "vaso medio lleno" segundo capitulo.
Wilma