Día del libro.
"Cuentan los hombres dignos de fe (pero Alá sabe más) que en los primeros días hubo un rey de las islas de Babilonia que congregó a sus arquitectos y magos y les mandó a construir un laberinto tan perplejo y sutil que los varones más prudentes no se aventuraban a entrar, y los que entraban se perdían. Esa obra era un escándalo, porque la confusión y la maravilla son operaciones propias de Dios y no de los hombres. Con el andar del tiempo vino a su corte un rey de los árabes, y el rey de Babilonia (para hacer burla de la simplicidad de su huésped) lo hizo penetrar en el laberinto, donde vagó afrentado y confundido hasta la declinación de la tarde. Entonces imploró socorro divino y dio con la puerta. Sus labios no profirieron queja ninguna, pero le dijo al rey de Babilonia que él en Arabia tenía otro laberinto y que, si Dios era servido, se lo daría a conocer algún día. Luego regresó a Arabia, juntó sus capitanes y sus alcaides y estragó los reinos de Babilonia con tan venturosa fortuna que derribo sus castillos, rompió sus gentes e hizo cautivo al mismo rey. Lo amarró encima de un camello veloz y lo llevó al desierto. Cabalgaron tres días, y le dijo: "Oh, rey del tiempo y substancia y cifra del siglo!, en Babilonia me quisiste perder en un laberinto de bronce con muchas escaleras, puertas y muros; ahora el Poderoso ha tenido a bien que te muestre el mío, donde no hay escaleras que subir, ni puertas que forzar, ni fatigosas galerías que recorrer, ni muros que veden el paso." Luego le desató las ligaduras y lo abandonó en la mitad del desierto, donde murió de hambre y de sed. La gloria sea con aquel que no muere. "
Con Borges en Orense a tantos de tantos.
sábado, 23 de abril de 2011
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¿No es ese uno de los cuentos que sale en El Aleph.
ResponderEliminarFeliz día del libro.
Salu2
Feliz día del Libro, con Borges y Orense, me encantó.
ResponderEliminarSaludos
Estupendo para este gran día
ResponderEliminarSaludos
Domingo, 24 de abril de 2011
ResponderEliminarTuérzaseme la mano y decaiga mi atrevimiento en beneficio de la razón, si en algún momento enajenado por la magia de la palabra oso desmentir al maestro, pero déjame amigo imaginar que sí ese sabio rey hubiese sido de Marcelin habría extraviado al malvado en un castaño, no en vano todos y cada uno de ellos son infinitos en sus rumbos y miradas.
Excelente apuesta. Magnífico extravío.
Recibe un fraternal abrazo.
Como xenios, como xigantes, como a nenez, como iso son. Da súa man a eternidade, a fertilidade, a idade cabal de cada home esculpida en todas e cada unha dos seus engurras. Só neles cabe ese inxente esforzo, só eles son capaces de tan parello e fiel daguerrotipo.
ResponderEliminarVolverei a eles, porque sei que eles gardan memoria de meu humilde liñaxe. Volverei a eles para ser lonxe das infinitos espiñas que defenden a súa semente, o froito visceral dunha terra estremecida sempre de fermosura, fermoseada sempre de tenrura.
A emoción é a bendición dos humildes, a alegría o pan dos pobres, a pobreza a paz dos que soñan, os soños son castaños e os castiñeiros ese alma vexetal que emociona aos humildes, esa alegría que alimenta aos pobres, esa pobreza que enche de paz os campos dos soños, e tamén os soños, e tamén o que soñamos.
Grazas amigo por facerme soñar, falei antes de perderme, agora sinto haberme gañado en tan magnífico extravío.
Recibe un fraternal aperta.
Ese es, Juan Carlos, el Aleph, esa caja mágica en donde todo se contiene, en donde todo cabe y sucede.
ResponderEliminarDebería cada día ser el día del libro, Aurorainés, y tal vez lo sea. Suele instituirse un día para defender lo que está en peligro de extinción. Y si no leemos, estaremos más indefensos.
ResponderEliminarCuarentaañera, sólo esperemos que el fisibuk no nos impida ver el libro. ¿Ya se mueve bien el pirata por esos mares?
ResponderEliminarEu debo ser ben humilde, pois sentín emoción ante a sua vista. Ía, despois do xantar, visitar o alto de San Mauro, en os Francos, en Sober, Na Ribeira Sacra, e de súpeto emerxeron entre outras árbres, coa maxestade que lle é propia, tal que pareceran cirios xigantes de Semana Santa, os que acompañasen as veliñas que eran as outras arbres o seu carón. Unha lenda aclaraba inncesariamente o camiño daquel laberinto: SOUTO DE VALGUAIRE, CASTIÑEIROS MILENARIOS. Ben pudera ser Marcelín, ben pudera ser Videferre, mais era Sober, onde o Sil abraza en redondos meandros, as terras que producen o sagrado líquido. Mais sagradas einda, si tamén producen o pan dos probes.
ResponderEliminarEndexamais deixamos de vir a infancia, José Alfonso. Na infancia paramos a conta, e penso que contamos únicamente para voltar a éla.
Disculpa o meu galego, pero dende neno fun sutilmente capado para él, e de adulto fun perezoso para adaptarme.
Un pracer que non resulte un esforzo para tí perderte polos castaños.
Outro fraternal abrazo para tí.
Presioso bosque,parece encantado.Me recuerda al pais de las hadas y aquí una poesía de Rubén Darío.
ResponderEliminarFeliz dia del libro aunque ya haya pasado.
¿Fue en las islas de las rosas,
en el país de los sueños,
en donde hay niños risueños
y enjambre de mariposas?
Quizá.
En sus grutas doradas,
con sus diademas de oro,
allí estaban, como un coro
de reinas, todas las hadas.
Las que tienen prisioneros
a los silfos de la luz,
las que andan con un capuz
salpicado de luceros.
Las que mantos de escarlata
lucen con regio donaire,
y las que hienden el aire
con su varita de plata.
¿Era día o noche?
El astro
de la niebla sobre el tul,
florecía en campo azul
como un lirio de alabastro.
Su peplo de oro la incierta
alba ya había tendido.
Era la hora en que en su nido
toda alondra se despierta.
Temblaba el limpio cristal
del rocío de la noche,
y estaba entreabierto el broche
de la flor primaveral.
Y en aquella región que era
de la luz y la fortuna,
cantaban un himno, a una,
ave, aurora y primavera.
Las hadas ?aquella tropa
brillante?, Delia, que he dicho,
por un extraño capricho
fabricaron una copa.
Rara, bella, sin igual,
y tan pura como bella,
pues aún no ha bebido en ella
ninguna boca mortal.
De una azucena gentil
hicieron el cáliz leve,
que era de polvo de nieve
y palidez de marfil.
Y la base fue formada
con un trémulo suspiro,
de reflejos de zafiro
y de luz cristalizada.
La copa hecha se pensó
en qué se pondría en ella
(que es el todo, niña bella,
de lo que te cuento yo).
Una dijo: ?La ilusión;
otra dijo: ?La belleza;
otra dijo: ?La riqueza;
y otra más: ?El corazón.
La Reina Mab, que es discreta,
dijo a la espléndida tropa:
?Que se ponga en esa copa
la felicidad completa.
Y cuando habló Reina tal,
produjo aplausos y asombros.
Llevaba sobre sus hombros
su soberbio manto real.
Dejó caer la divina
Reina de acento sonoro,
algo como gotas de oro
de una flauta cristalina.
Ya la Reina Mab habló;
cesó su olímpico gesto,
y las hadas tanto han puesto
que la copa se llenó.
Amor, delicia, verdad,
dicha, esplendor y riqueza,
fe, poderío, belleza...
¡Toda la felicidad!...
Y esta copa se guardó
pura, sola, inmaculada.
¿Dónde?
En una isla ignorada.
¿De dónde?
¡Se me olvidó!...
¿Fue en las islas de las rosas,
en el país de los sueños,
en donde hay niños risueños
y enjambres de mariposas?
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Esto nada importa aquí,
pues por decirte escribía
que esta copa, niña mía,
la deseo para ti.
Saludos.
Que cada día sea el día del libro, Nazaríes. Todo está en los libros.
ResponderEliminarO home e os seus labirintos. Pode desafiar o outro ou para probar os seus propios astucia. Pero el non pode escapar dos que habitan no home, contalo. Por iso, é exercicio esencial na difícil arte dirixida con mapas pouco, estrela ou horizontes.
ResponderEliminarPor sorte, algunhas persoas saben axudar.
Grazas.
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El hombre y sus laberintos. Uno puede desafiar a los otros o poner a prueba la propia astucia. Pero nunca puede escapar de aquellos que, habitando dentro del hombre, le contienen. Por eso es esencial ejercitarse en el difícil arte de orientarse sin apenas mapas, estrellas u horizontes.
Por suerte algunos individuos saben ayudar.
Gracias.