Recordarás ( lector mío ), que hace unos meses te hacía una íntima confidencia: El Real Madrid ya no me pone. No es que sea yo hombre de talante-tatrás, pero he de recular. Y desdecirme de lo dicho. El Real Madrid me pone. De los nervios.
Un ciento de años de liderazgo, de historia siempre victoriosa, de progresía en el fútbol de más rancio abolengo de la mano de los más prestigiosos artistas de la cosa y de los dirigentes más capaces, para acabar en manos de tres portugueses. Eh, no te escandalices, que no soy yo xenófobo. Lo mismo diría si fuesen ingleses. O franceses. Pero son tres portugueses; dos caprichosos enfants terribles, soberbios y malcriados y un loco. No incluyo a Carbalho que me parece de lo más formal.
¿El ser superior ha invertido ( en su acepción económica ) una ristra de millones de euros en un entrenador de postín, para que acabe utilizando a los jugadores como muro de contención de los ataques del equipo contrario, por mucho Barça que sea? Pero por dios santo un poquito de dignidad, de hombría, de orgullo de fútbol, en definitiva. ¿Cómo es posible que el Real Madrid se dedique a destruir, enviando al loco de Pepe a perseguir a los jugadores contrarios, soltando la pierna a destiempo y amedrentando a los pequeñines, en lugar de dejar que Ozil esconda la pelota, la acaricie, la vista de fiesta para regarlársela a un compañero que la coloque, en un sutil toque de billar, en la portería?
Para este viaje no hacían falta tantan alforjas. Cualquier guardinha de la Raia consigue el mismo resultado alineando a once gladiadores.
Pepe me recuerda a aquellos Inmortales, hombres que lo eran, y de los cuales sólo podía quedar uno. Tal parece por su actitud fiera y su gesto descompuesto que se dispusiese a acabar con la carrera de todo aquel que intente burlarle con un quiebro o finta. Fue curiosa la estampa, al dirigirse a Messi, señalándose la cabeza en ademán de locura. A este chico en casa no le dejan ver sus videos. No recuerda el día, todavía reciente, en que la emprendió a patadas con un compañero caído como poseído por todos los demonios.
En cuanto al juego del R. Madrid, qué decir. No presenta batalla, sino que se dedica a la guerra de guerrillas, triste constatación de la inferioridad en que se debate. Como un vulgar descuidero que espera que el turista se distraiga para arrebatarle la cartera.
Y mientras tanto las bíblias futboleras, los acérrimos, defendiendo el resultado y la manera de conseguirlo. Incluso mis hijos me han traicionado.
¡Malditos tiempos en donde vale más el resultado de las acciones que la dignidad de las personas! Perdóname (lector mío) la cuña moralista.
Te recuerdo, Mourinho, que no debes perder tiempo en dar discursos de cómo jugar con 10, sino hacerles ver a tus hombres que si no agarran en el área, no serán penalizados.
Porque algunas veces es mejor una derrota con honra que un empate con diez.
Orense a tantos de tantos, revíspera de un nuevo bochorno.
Deleitarme con tus escritos.. es un gusto inmenso..
ResponderEliminarDespués de un tiempo ausente, de nuevo por tu espacio..
Un abrazo.
Saludos fraternos...
No entiendo nada de lo se dice aquí, así que dejo la canción de la entrada...
ResponderEliminarLa bella y los bestias
La música amansa las fieras...y si el Madrid ha perdido pues muy fácil!!Todo el mundo que se haga del GR.FC que pronto subimos a primera!!!
Saludos.
Yo hace tiempo que abandoné estadios multitudinarios por aforos infantiles donde se juega al fútbol ese que aún no ha saboreado las mieles de los euros en millones, el resto, salvo España que me ha dado un alegrón me tortura vilmente semana sí, semana también.
ResponderEliminarMe gustaría poder ofrecerte una réplica futbolera, amigo Cesar, aunque solo fuera por corresponder a este placer que provoca tu lectura aportando mi granito de arena.
ResponderEliminarPero el futbol nacional –lo de nacional es un decir- padece de esa misma aburrida bipolaridad que tiene la política preelectoral. Y de ambas entiendo poco o nada. Quizá por ello creo identificar entre sus efectos sociales más destacados o los del tipo maníaco o los del depresivo. Si acaso, yo salvaría del aburrimiento de tales confrontaciones al juego de algún azulgrana, pero sus modales para con el público les autodescalifican per sé. Corregido, aumentado e inverso para los políticos.
El Bernabéu lo tengo cerca y la frustración de su presente no acalla el recuerdo de tantas tardes de gloria en mi geografía acústica. La Carrera de San Jerónimo también la tengo a tiro de piedra, pero no encuentro un pasado de gloria que echarme a la boca. Ya sabes, ante la ausencia de realidades destacables uno se atrinchera en los recuerdos más amables.
Un afectuoso abrazo.
Yo es que hoy jueves, tras la derrota (inesperada, pero no creo que sea soberbia la mí) no sé qué coño escribir en esta entrada.
ResponderEliminarA día de hoy no nos cabe a ambos sino hablar del valor de las palabras cuando visten por alma el color de la razón y tiñe su piel el universal colorido de la poesía. Así aquellas tuyas en la reflexión a que aludes y a la que pobremente encomie.
ResponderEliminarEstas de hoy evidencian la verdad que denuncia la terrible carencia que acontece a aquellos que amontonan nombres excelentes, cada uno arrima el ascua a su sardina, para un fin que exige otra suerte de excelencia, la de los hombres haciendo algo en perfecta armonía. Esa es a mi juicio la gran diferencia entre el Madrid y el Barcelona, unos conforman un nutrido grupo de buenos jugadores y otros un magnífico equipo de excelentes jugadores.
De todos modos, a día de hoy, copa en la mano, que decir, lo que se debe, que el Madrid a día de ayer jugo a lo que pudo y cómo pudo, raza le llaman algunos, y puede ser porque se parecía a la desesperación. Huevos afirman otros, y también puede ser porque resultaba batido y revuelto, sin armonía.
La imperfección esa hija gigante de la entropía no busca sino su opuesto en lo universal, sea así con el Real Madrid que firmó ayer una epopeya en lo aleatorio para conseguir un equilibrio en lo concreto. El Barcelona debía perder para que la filigrana no termine antojándosenos grosera.
PD: Puede que te crucifiquen por tus palabras, puede digo, lo harán, lo sé, pero que sepas que yo estoy contigo, me pido el de la derecha mirando por la izquierda. Suerte.
Lo juicioso es siempre oportuno.
Un fraternal abrazo amigo.
César, calmate o es tu equipo alguno de los que nombrás?
ResponderEliminarLo que escribiste deja pensando, más que fútbol de primer nivel es una empresa de contar goles y dinero descuidando valores. Uffff....estoy perdida tendré que ir a la página de deportes o al canal.
Pasaba cerca de tu casa y pensé en dejarte un deseo de FELICES PASCUAS para vos y tu familia.
Un abrazo
Inés