miércoles, 13 de abril de 2011
El mejor presidente de la democracia.
C.-Sus propios correligionarios lo empujaron y sus ministros lo echaron.
E.- No me extraña, promulgó leyes que soliviantaron a la sociedad.
C.- Y elevó la inflacción hasta límites desconocidos.
E.- En eso exageras.
C.- Su mandato se caracterizó por el deterioro constante y continuo del empleo.
E.- Eso es verdad.
C.- La Inflacción se elevó progresiva y desmesuradamente.
E.- Te estás cebando.
C.- ETA campaba por sus anchas.
E.- Ahí te has pasado, chaval!
C.- Para conseguir un préstamo, deberías pagar el 11, 50 %
E.- Creo que te equivocas, pero no quiero ser demasiado rígido contigo.
C.- La sociedad estaba en su contra, demostrándolo con abundantes manifestaciones.
E.- La sociedad está algo adocenada, sí. Lo que le cuesta protestar.
C.- Y muchas más cosas que no recuerdo. Y sin embargo pasará a la historia como el mejor presidente de la democracia.
E.- ZAPATERO EL MEJOR PRESIDENTE DE LA DEMOCRACIA??? QUÉ MAL VINO HAS BEBIDO.??
C.- No estoy hablando de Zapatero, sino de Adolfo Suarez.
( Extracto sacado de una conversación de taberna; toda mi admiración a D. Adolfo Suárez que gobernó bajo unas condiciones inhumanas de soledad y de fuerzas adversas. Pero lo que é, é )
En Orense a tantos de tantos.
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Las palabras que sirven para todos no definen insulto ni tampoco alabanza sino grosera repetición, en eso andamos, en repetirnos hasta más allá del hartazgo, de ahí que todos nuestros presidentes hayan sido los mejores y también los peores de este periodo democrático.
ResponderEliminarInteligente exposición la tuya que nos lleva a reflexionar no sobre la calidad humana y capacidad intelectual de nuestros presidentes sino sobre el conjunto social, sobre todos y cada uno de nosotros espejos de un espejo que no acierta a distinguir donde acaba su singularidad y donde comienza su proyección social.
Acudimos a la cita con los demás vestidos de nosotros y así no hay dios que sea capaz de hacernos entrar en razón.
La razón amigo Cesar no es nuestra voluntad, sé que lo entiendes, ella es otra cosa, quizá es los demás. La cuestión no es, aunque lo parezca, entenderlo, claro que lo entendemos, lo realmente difícil es asimilarla, darlo por bueno, ponerlo en práctica.
Recibe un fraternal abrazo.
Estimado Sancho, amigo Cesar:
ResponderEliminarHoy hace de la segunda república, época de desajustes insostenibles que devinieron en lo que ya sabemos y que sin embargo es referente pertinaz de un tipo de recuerdo histórico amnésico. Y los españoles erre que erre.
Aquella no era la república que queríamos y esta no es la democracia que añorábamos. Como sociedad somos y como sociedad andamos y en lo primero digo ignorantes adolescentes y de lo segundo, cojeando.
Los personajes de la historia a veces responden malamente a imponderables de la vida y cumplen con lo que les toca de puntillas, otras, como estos iluminados ignorantes, deciden inventarse un país y una sociedad en contra del sentido común y a favor del sentido del ridículo. Si no sucumbes en el experimento, sucumbes a sus efectos secundarios. Estos hacen buenos a aquellos. O casi.
Y en eso estamos.
(PD.: Desde aquí todo parece más triste amigo Cesar, ya lo decía Larra: "Escribir en Madrid es llorar, es buscar voz sin encontrarla, como en una pesadilla abrumadora y violenta.")
Un afectuoso abrazo.
Fue una epoca difícil... es muyyyy complicado haceerlo todo bien, acertar y dar "gusto" a todos...
ResponderEliminarBesos abisales
Creo, Don Cesar, honestamente, que Adolfo Suárez se vio impulsado y amarrado por los acontecimientos y la situación general del país. No se podía esperar más de un hombre honesto como él, tal como estaba el ambiente.
ResponderEliminarPero, desde luego que podría haberse ahorrado el invento de las Autonomías, que son como un cáncer que se está comiendo nuestro país y lo está llevando a la ruina.
Me tomo una copa de tinto a su salud, y le envío un abrazo, Don Cesar.
Antonio
No deja de sorprenderme tu capacidad de adivinar lo escrito entre líneas, o tal vez ocurra que sea burda la manera de manifestar mi haztargo por tanta lanzada a moro muerto.
ResponderEliminarTengo que coincidir contigo, lo hago con entusiasmo, en que nos vestimos de nosotros y no conseguimos desvestirnos, no nos bajamos del burro, vaya. Parece como si con quejarnos amargamente, cumpliéramos con la alicuota parte de reconstrucción de la sociedad. Y me temo que no es en la queja, sino en la acción lenta pero ininterrumpida en donde tenemos que rearmarnos de moral para, al encontrarla, al palparla, reconocerla y exigirla en los demás.
Tus comentarios, José Alfonso, revalorizan este espacio algo capitidisminuido.
FJavier, eres demasiado exigente, por eso no encuentras en ningún sistema el ideal. Desconozco si este es el Demos que anhelábamos, pero de lo que estoy seguro es de que no son los bueyes adecuados y resignados observamos las mimbres que hemos recolectado, deseando a veces hacer cestos de cualquier otro material equivocándonos de nuevo.
ResponderEliminarTe agradezco tus reflexiones, preñadas de inteligencia,cordura y buen gusto.
Señora de los abismos, claro que eran tiempos difíciles. Había muchos frentes y todos muy delicados. Confidencialmente le confiaré que jamás, en las tres grandes crisis a que he asistido, había notado una caída tal de la actividad empresarial. No hay revueltas gracias al tejido que hemos ido trenzando en los últimos años a modo de hamaca. Estos son, por tanto, tiempos tan difíciles como cualesquiera en lo económico. No pretendía desmerecer a Adolfo Suárez, sino resaltar los signos de cada tiempo.
ResponderEliminarO tal vez subrayar el instinto cainita que nos devora.
D. Antonio, claro que creo en la honestidad de Adolfo Suárez, lo que no puede hacernos olvidar su punto de arrogancia, aquel que ha de tener cualquier mandatario consciente de su representación. Es más, incluso le concedo la preparación necesaria para dirigir el gobierno de la nación.
ResponderEliminarEl problema es que, no sé por qué atávico instinto destructivo, nos da por elegir imberbes que deshacen a su antojo, aprenden a costa nuestra y cuando deberían devolvernos su experiencia, nos vuelven a defraudar yendo contra la democracia y contra las ideas por las que han sido elegidos. Lo que me hace pensar que desgobiernan bajo otros poderes, no por invisibles menos explícitos.
Saludos cordiales.
Para mí, Cesar, Suárez tuvo extraordinario mérito en el arranque, y por eso que es lo esencial será recordado, pero luego perdió la inspiración y se marchitó. Un abrazo.
ResponderEliminarSaludos blogueros
Cuando gobernaba Adolfo yo era muy pequeña, sólo puedo decir que es un hombre que ahora está ausente,en su mundo,en esa maldita enfermedad,que te hace olvidar todo lo que se ha sido en la vida.
ResponderEliminarAbrazos.