Si quieres entender algo, te remito al final.
Tercer mes. La cita(Y tres)
La distancia entre el río y la casa consistorial era de apenas 500 metros que hice corriendo como si me fuera en ello la vida, ante lo avanzado de la hora. No me preocupaban las posibles reprimendas de D. Benigno, toda mi preocupación consistía en soportar la mirada de Rosita; esos ojos inquisidores, burlones, de niña de ciudad que, ahora lo sé, jugaba con el niño de pueblo.
Al llegar a la altura del cementerio me paré y tomé un respiro. El sol caía a plomo derritiendo la pez de la recién asfaltada carretera y me cobijé a la sombra de una cruz. Me fijé en la inscripción de la tumba y no pude por menos que sonreir; en ella rezaba:
A la memoria de xxx, de tu esposa que no te olvida.
La susodicha esposa había tardado apenas dos meses en amancebarse con Trinitario, su vecino, que a su vez había convivido siempre con su hermano Edelmiro. En aquel momento aún no contemplaba todas las excitantes posibilidades de aquel ayuntamiento.
Una vez recuperado el aliento, hice de piernas corazón y temblando de ambos me presenté en la puerta de la casa consistorial. Tiré de la cuerda que hacía tañer la campanilla en el interior del corredor y casi al instante sentí unos pasos a la carrera que me parecieron los de Rosita. Se entreabrió la puerta y apareció ella, con la cara angelical pero algo seria.
- Mi tío está enfadadísimo, le dije que habías ido a buscar sal a la tienda del tío José, dile que no había!!
Uff, mal íbamos comenzando nuestras “relaciones” con mentiras.
De todos modos, para mí que D. Benigno no se creyó lo de la sal y ni siquiera preguntó. Pasó directamente al sermón: “ Tenías que haber pelado las patatas y tenías que haber ido al huerto a buscar tomates. Vete a la cocina y ayuda a mi hermana, en cuanto acabemos de comer hablaremos. Creo que lo mejor que se puede hacer contigo es meterte interno!”
Ya salió la maldición bíblica…interno! No sé qué queréis que os diga, pero no me preocupó demasiado el asunto.
Enseguida pensé en cómo me las arreglaría para acudir a mi cita con Rosita. En eso ella me echaría una mano a buen seguro.
Ayudé a la hermana del cura en lo que me pidió y al acabar insistió en que pusiera la mesa ofreciéndose a ayudarme la sobrina del cura. Yo transportaba los platos y ella los recibía y los colocaba en la mesa. Cada vez que se los entregaba, ella procuraba que sus manos rozasen las mías mientras sonreía. En una ocasión me recordó lo que había dejado escrito: que me esperaba en la biblioteca al acabar de comer, cuando su tío cayese dormido.
- Y si despierta? Después del escándalo de las campanadas el día anterior, no sé cómo reaccionará.
- No te preocupes, no despertará tan pronto.
No sabía lo que tenía preparado aquel angelical lucifer, pero me había demostrado que podía conseguir lo que quisiera.
Antes de la comida, mi misión era ir a la bodega con la jarra de barro y llenarla de vino directamente del tonel. En esa ocasión quiso acompañarme Rosita y pronto adiviné sus intenciones.
Había dos toneles, separados por unas piedras. Uno mayor, con vino de la cosecha del atrio, unas cepas viejas de varias clases de uvas, que se vendimiaban a finales de septiembre, no siempre en su mejor grado de maduración por miedo a las lluvias, frecuentes en estos pagos. Otro más pequeño, producto de uvas seleccionadas de las mejores fincas del cura y secadas al aire y a la sombra durante meses para posteriormente ser prensadas sin apenas agua y con un alto grado de azúcar, lo que se convertiría en mayor grado de alcohol y que el cura usaba para obtener la sangre de Cristo.
Convencido por Rosita, mezclamos los vinos con la intención de que no se notara demasiado el dulce, obteniendo así un caldo de mucha más graduación que permitiese al buen abad dormir por más tiempo. Os dije que esta chica era el mismo demonio?
Os lo dije, pero a pesar de todo era excitante acompañarla al infierno.
Subimos y nos dispusimos a comer. Rosita se mostraba más solícita que de costumbre sirviendo vino a D. Benigno, que tentado por el ángel no retiraba el vaso, trasegándolo casi al mismo tiempo que le era servido. Siempre he creído que los curas encuentran el placer carnal que le es negado, en la gula. A los que se les niega. Más tarde he podido comprobar por mí mismo que no todos encuentran la misma devoción en el sexto mandamiento.
La comida transcurrió sin más novedades que los consejos rutinarios de D. Benigno con respecto a las costumbres de sorber el caldo y de mojar el pan centeno en el mismo.
Su hermana, siempre callada, siempre dócil, sonreía.
Después de cerciorarse de que el cura había acabado con el vino de la jarra, Rosita pidió permiso para retirarse disculpándose con la siesta, costumbre que en aquella casa era ley.
Yo me levanté y me dirigí a la despensa en donde se guardaban las manzanas en paja para que el cura y su hermana pudiesen tomar el postre. Por la espalda noté los dedos de Rosita que me hacían cosquillas, al tiempo que salía corriendo hacia la biblioteca. Me contuve. Pero en cuanto la hermana recogía la mesa y el cura cayó de espaldas en el sofá sigilosamente me dirigí pasillo arriba. A la biblioteca.
Ya os dije que aquella chiquilla era una intelectual y le gustaba leer.
A veces le componía poesías.Aún me acuerdo de aquella y del tiempo que tardé en encontrar la piña que rimase con la niña:
Niña.
Que de la costa vienes
Morena eres
como una piña
Niña,
Como una piña tus dientes
Blancos
Que me fascinan
No estaba muy mal, el romanticismo me llevaba a pensar en los dientes. ¿Y os habéis dado cuenta del bonito juego de palabras, piña,dientes? Jodido pardillo.
Para mi sorpresa, la biblioteca estaba vacía. Observé detenidamente aquel montón de estanterías, de madera avejentada por los años y sin apenas cuidar, llena de libros, deshojados algunos, que eran protegidos únicamente por una tela metálica como si fueran gallinas. Solamente había estado en ella un par de veces y una vez a solas. Los títulos de los libros no me sonaban ni por asomo. La mayor parte de ellos en latín. Pero en ese momento los libros eran lo de menos. Buscaba cualquier indicio que me llevara a Rosita.
Estaba a punto de buscar en otra habitación cuando oí un ligero chirrido que provenía del mueble de la biblioteca. Pero en la biblioteca no había ninguna puerta. Era unos tablones desde el suelo al techo y unas tablas atravesadas que hacían de soporte de los libros y una hornacina a cada lado del tamaño de un santo de pie.
Al fijarme bien, descubrí una rendija entre el listón que bajaba al suelo y la pared; metí la mano empujando la hornacina…y allí estaba Rosita, en un hueco de apenas un metro y medio de alto por uno de ancho, mirándome con esa sonrisa picarona, con un vestido de tirantes y peto en el pecho. La falda, ligera, le tapaba las rodillas. Me indicó que entrase, pero apenas cabía un adulto. Más tarde me enteré que en ese espacio el anterior cura D. Jesús, escondía a los republicanos en peligro de ser llevados a dar el “paseillo”. Entré, nuestros cuerpos quedaron pegados, las rodillas chocaban y nos estorbaban, por lo que ella, moviéndose lentamente se dio la vuelta y me dejó a su espada. Mi nariz aspiraba el perfume de su cabello, a jabón La Toja y algo en mi interior creció con tal fuerza que aquello que crecía en mi interior empujó de tal manera que algo creció en mi exterior. Y aquello que creció en mi exterior fue a dar justo a donde tenía que dar, a sus nalgas cubiertas con el vestidito. Rosita había dejado de reir nerviosamente, ahora respiraba sonoramente y sus manos buscaban las mías; apenas podía moverme. Me dejé hacer. Acercó sus manos llenas de las mías a sus pechos y las colocó allí. Aquella tibieza hizo que el espacio se hiciese más reducido porque mi cuerpo se hacía cada vez más grande. O una parte de él. Me dolía. Rosita echaba la cabeza hacia atrás, buscándome. Yo mientras tanto había perdido la noción del tiempo y también del lugar. Me encontré con mi boca en su cuello. Torció un poco más el suyo hasta hacer su boca visible y me invitó con los labios entreabiertos. Era mi primer beso, un beso como no creía poder llegar a saborear, húmedo, cálido, profundo. Siempre pensé que besar era apretar labio contra labio. Rosita se encargó de sacarme de mi error.
En aquella difícil postura, mis manos en sus pechos, su cabeza vuelta, su boca absorbiendo mi boca y su lengua jugueteando con la mía, noté que sus piernas le flaqueaban y se fue bajando acompañándola yo en su movimiento hasta quedar en cuclillas. Pasando su mano derecha por entre sus piernas tomó mi miembro ante mi sorpresa y lo colocó entre sus nalgas, rozándose con él. Me atreví a sacar mi mano de sus pechos y me las apañe para apartar ligeramente las braguitas y sentir el calor y la humedad de su cuerpo. Rosita cerró ligeramente las piernas impidiéndome cualquier movimiento, por lo que retorné a sus pechos. No obstante, en recompensa seguía frotándose y frotándome, notando el calor que imaginé de las puertas del infierno. Aprendí en ese momento que en el cielo también hace calor. La mano de Rosita continuaba acariciándose utilizándome para ello. De pronto aceleró los movimientos de su mano contra aquello que había credido en mí que a su vez estaba situado en una especie de oquedad que hacían sus braguitas y me asusté de sus grititos que pronto dejé de oir porque aquello que había crecido en mí fue decreciendo a medida que aumentaban los grititos de Rosita. Me miró con ternura haciendo un esfuerzo por lo difícil de la posición y me prometió que otro día se quitaría las braguitas. Os juro que no supe qué decirle, me hubiera dado lo mismo que me pidiese hacerme el harakiri o el kikiriquí, aún estaba pensando qué había pasado y qué demonios había hecho.
Por su sonrisa adiviné que había ocurrido exactamente lo que ella quiso que ocurriese y dejé de sentirme culpable, aunque sí un tanto pardillo.
Podía decirse que seguía virgen, pero algo había aprendido.
Y quedaban quince días para su partida.
Y me acordé de aquellos versos que un día compuse para ella.
Niña…..
Orense a tantos de tantos.
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Bueno...buenisiimo, no se porqué este hecho real no está en Encuentros..ganarías seguro.
ResponderEliminarDiez cosas me han llamado la atención:
1-Hay que ver que listilla era Rosita emborrachando al cura.
2-que excitante es poder rozarse los dedos de las manos en presencia de otros ..
3-Que bien huele el jabón de la Toja
4-Ya tenía que ser chico el agujero para que ni entrasen dos cuerpos y un invitado...
6-me imagino el sabor de ese vino dulce de Copón de misa
7-un beso es rozar labios con labios por supuesto lo demás son guarrerías.
8-Que penita del chico del final,pero nunca es tarde si Rosita llega.
9-Me he reido como una loca
10-esto si que es erotismo y no lo que se publica en Encuentros.
11---Un abrazo
La infancia es un tiempo de apetito insaciable, de hambre de fin de mundo, de ganas de todo y en el todo. Un tiempo en el que el desaliento habita efímero en todas las empresas.
ResponderEliminarLa infancia, ese tiempo que alienta la pubertad, nos agiganta en el alma de las cosas, en ese voluntad dibuja Ud. con armonía, ironía y ternura una de las más bellas historias de juegos de amor que he tenido la oportunidad de leer.
La cita ejecutada con meticulosidad casi científica en todos y cada uno de sus actos por la angelical Rosita, nos van llevando de la mano a un mundo en el que creo que todos de una u otra manera nos reconocemos, y no sin emoción nos recordamos trémulos y torpes en el exótico paisaje que es siempre la piel de una mujer, capaz de transportarnos a un mundo en el que florecen los sentidos mezclados con los sentimientos, confundiéndonos aún más.
Delicioso, no me extraña que los visitantes de su blog le reclamasen en esta dimensión. Comparto también el decir de Doña Nazaríes al nombrarlo ganador del concurso a que nos convoco el Señor Francés.
Reciba un fraternal abrazo.
Cómo nos ibas a dejar sin esta "experiencia"!!!! Pues son estupendas... para que nos vamos a engañar, y ahí están para recordarse...
ResponderEliminarBueno, caña a los quince días que le faltan a Rosita je!
Me ha encantado tu vuelta al relato, pues sí, un poco de todo que es lo mejor que hay!
Besos desde el abismo
Si que es un afrodisíaco la imaginación....Entre el dulce nectar del vino que se impregna de los recurdos de un chiquillo...Seducido por una niña que es un ángel y a veces una diabla...sonrío con picardia...que niña tan lista...que chico tan ingenuo...que días aquellos que jamás volveran...Sabe mejor recordar o imaginar que la realidad...Corazones palpitando en un escondite secreto ¿Habrá algo mejor?
ResponderEliminarCesar, es una tarde cálida en mi tierra....Sentada aquí en el jardin de mi casa(tu casa)con una copa de vino tinto disfruto de tu extraordinario relato...
Te dejo besos con cariño :)
Gracias!
ResponderEliminarEra un éxito seguro...
No podías defraudarnos, has cumplido!!
Un beso enorme...
Ram
Me alegra que hayas retomado la historia de Rosita y el pardillo, la verdad es que la echaba de menos.
ResponderEliminarBesos
Bueno bueno bueno... toma con Rosita!! me alegro de que vuelvas a escribir sobre esta historia porque es buenisima!
ResponderEliminarLo que mas me ha gustado ha sido lo de "Aprendí en ese momento que en el cielo también hace calor."
De lo mejor...!
Muy bueno tu relato de las andanzas de Rosita y compañía, no van a dejar libro en los estantes como sigan así ni vino para la misa.
ResponderEliminarLas fotos son muy bonitas.
Bato palmas!
Un abrazo
Me habéis emocionado por el sólo hecho de haber leido hasta el final. Los halagos ya son de orgasmo, significa que no me queréis mal.
ResponderEliminarDña Nazaríes de todo lo bonito que me ha dicho me quedaré únicamente con el punto once si no le importa. Es que no quiero crecerme...
Besos.
Don Jose Alfonso, no sabe lo que significan para mí sus palabras, porque las reconozco sinceras. Aporta siempre en sus comentarios un plus, una vuelta de tuerca que hace que uno mismo se reconozca en algo que antes no se había reconocido. Siempre nos da una visión propia y acertada, profundizando en los comentarios más allá de lo que la buena vecindad le exije, lo que le agradezco infinito. Ni que decir tiene que sus comentarios son para emmarcar y creáme, eso hago.
ResponderEliminarAprovecho para comentarle que estoy con usted totalmente de acuerdo en que no todo roble es ataúd en cuestiones enológicas, aunque sí algunos robles entierran algunos sabores. En la sabia combinación está la virtud.!
Saludos cordiales..
Dña Abismo, cómo le agradezco que dé usted animos al pobre angelito; me temo que si viviera en los tiempos actuales tendría que ir a clases con la Señora ministra de la cosa para aprender el "mapa del clítoris".
ResponderEliminarFeliz fin de semana y agradezco su generoso comentario.
Sra Ballesteros, muy agradecido, tanto por su casa como por el vino. Efectivamente tenemos en nosotros mismos el arma más poderosa que es la imaginación; aunque a veces la realizad supere con creces a la ficción. Y la realidad es que debemos arrancar de este mundo todas las alegrías de que seamos capaces, que no sabemos lo que nos espera!
ResponderEliminarFeliz fin de semana con ánimos renovados..!
Ram, Ram, Ram..Ahí estabas...Adormecida, que no dormida..Es cierto, Ram, las cosas no deben dejarse a medias..
ResponderEliminarQue estés muy bien..
Caramba, I,am, estás fría y distante..¿las vacaciones afectan tu buen humor??
ResponderEliminarPues sigue trabajando, mujer!
Me han dicho que ahora te dedicas a hacer justas con un caballero medieval y trasnochado..Si es que ya sabía yo que tenías alma de vate. Tal vez debería decir poetisa.
Que pases buenas vacaciones.!
Espero que todo vaya según lo previsto para tí, Miscelánea; es decir que te hayas olvidado!
ResponderEliminarRosita es un cajón de sorpresas, con esa vitalidad de la adolescencia incipiente, en donde todo te podría parecer natural sino fuese por el cedazo de la educación.
Feliz fin de semana!
Son fotografías de los lugares de la infancia, Aurora. El río, la casa consistorial...la iglesia con su cementerio. Desafortunadamente no las he encontrado de Rosita, je. Aunque estoy en ello..
ResponderEliminarbiennnn!!!! entre a leerte varias veces pero no deje comentario (teniendo en cuenta q me has vetado dos ya, dudo q este salga a la luz) me encanta el relato de rosita...no hay color con tus otros escritos jajaja...y la poesia de la piña...estoy por pedirte permiso y llevarmela a mi blog...bikiñosssssssss
ResponderEliminarAndu, mujer, cómo dices esas "cousiñas". Jamás veto a nadie, salvo que los mensajes sean privados y no interesen más que a los propios.
ResponderEliminarAunque no te guste, tú dilo, para que mejore!
Anda, cuidate...!
faltaria mas....me cuido me cuido...juas
ResponderEliminarQue bueno el comentario Cesar! A R T I S T A!!!!
ResponderEliminarSiguiendo tus consejos corte por lo sano.
Gracias por todo.
voy a publicarlo en mi facebook para que lo lean!!
ResponderEliminarPerdona, César, he ido corriendo a comprarme un sombrero precioso y vital, para hacer juego con la vitalidad de tu relato.. una pamela grande llena de flores para sacármela ante ti después de leer tan bellísimo relato erótico, ...no puedes dejarlo ni un segundo de leer porque el ritmo es tentador, precioso., la forma literia en que escribes me ha fascinado, los detalles sutiles y coloristas y pícaros y las escenas que describes parece que las vea en vivo y lo que narras entre líneas y tus pensamientos mientras aprendes en brazos de ese Lucifer angelical los placeres del sexo ...exquisito todo!!
ResponderEliminarOye, escribe un libro..o ya lo has escrito y no tenía ni idea yo...!!!
Me has dejado impresionada. Me encanta!!!!
Dña Antonia, me ruboriza usted y me encanta que lo haga. Siga, siga, no pare!
ResponderEliminarDe todos modos, no es mérito del autor sino de la sinceridad e inocencia de los personajes que se prestan. La adolescencia es tan inocente...
P:D. Me alegra que te encuentres mejor..la pamela te sienta de maravilla..
Querido César, esa pamela que me dices que me sienta tan bien, ya sabes, sólo me la voy a poner para leerte a ti.
ResponderEliminarNo, no es la inocencia de los personajes lo que le da el encanto a este relato, es que cuando leo escritos como el tuyo, me doy cuenta que yo: "zapatero a tus zapatos" ( o sea, a mis pacientes)ja ja ja!!... lo cual no es que me desiluisone,no, creo que disfruto más leyendo cosas con estilo y gracia como esta narración tuya que escribiendo yo.
¿Tú te has dado cuenta, la de mediocridades que hay escribiendo por ahí libros que son verdaderas sosadas sin calidad alguna?
Mis felicitaciones más sinceras, hoy me has sorprendido,aunque los anteriores relatos ya me gustaron pero éste es 10! y en mi facebook está.
Besitos, sin pamela.
Oye Atenea..yo también me apunto a la pamela..pero de las grandes..además son muy sensuales....y también a ver tu facebook...(yo también tengo)..
ResponderEliminarYo ya se lo dije a César que este relato tan erótico...se come a los de Encuentros..(que me perdone el señor Francés)...pero es tan..... uffff!!!!y además con ese toque de vinillo dulcecito..tan rico...y ese aroma de La Toja...y ese agujeritoooo...ufff no sigo....
¿y que demonios es eso de Fakevos? Ya me dirán ustedes como puedo compensarlas...
ResponderEliminar¡Por fin algo que agradecer al señor zapatero! Hoy he perdido algunos euros, pero he ganado más que eso, tus relatos. Me he puesto al día con Rosita, la encantadora. Inteligencia emocional a raúdales va desgrananado la niña. Disfruté, vaya si disfruté con los relatos,César.
ResponderEliminarMe sumo a la propuesta, para cuando un libro? espero que estés en ello, si es que no lo has escrito ya.
Un abrazo.
Vaya, Esperanza...juegas a Bolsa?
ResponderEliminarO eres funcionaria? Has perdido...?
Te agradezco tus comentarios, pero no estoy en disposición de escribir libros. Hay que saber en donde están las limitaciones de cada uno y leyendo cosas que aquí se pueden leer comprenderás que esto es sólo una afición, más o menos acertada, pero afición.
Y ahí se quedará.
Cesar, debo reconocer que consigues excitarme (ésto no sé, si habla bien o mal de ti). Pienso seguirte la pista.
ResponderEliminarEs media semana... Y me dije voy a saludar a mi amigo Cesar... se empieza a saborear el mundial...Ando muy emocionada con eso de que México abre el campeonato...Aquí todo es fiesta...espero que te guste el futbol...como va la señora con lo de su pie...te dejo besos
ResponderEliminar¡Cesar, qué buen relato! hay de todo...Rosita, era una niña muy espabilada, lista, pasional..El texto en donde describes el encuentro cuerpo a cuerpo, es genial, me he reído mucho. Vaya con el cura Benigno, como le dá al vinito. Excelente relato. He disfrutado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo con aroma a jazmin,
Naia
Hola Don Cesar, aunque no deje ningún comentario, no es que no te lea ( ja, ja, )
ResponderEliminarEs que paso de puntillas par no hacer ruido.
Un beso
Manuel, el que yo te excite habla bien de tu capacidad de excitación, aún siendo yo feo como un demonio!
ResponderEliminarSi es que el que tiene, tiene para todo...
Saludos y gracias por pasar..
Me encanta el fútbol, Sra Ballesteros, aunque cada día sea menos fútbol y más mercadotecnia.
ResponderEliminarDeseo para México que sea subcampeón, ya que campeón ya hay...
Feliz semana..
Tus palabras son un bálsamo, Nahahya, gracias por manifestarlas, al menos sé que conseguí lo que pretendía, un relato ligero, irónico y despreocupado..como la vida misma...de hace muchos años.
ResponderEliminarAfrica, puedes venir cuando quieras, sólo deseo que sea porque te apetezca. Comentes o no..
ResponderEliminarEl otro día, iba por la calle paseando, cuando me acordé, de esa escena, en la que el chico, deja caer todo tipo de objetos, intentando, verle las bragas a la profe. Empecé a reirme como un idiota, tanto, que la gente pensó, que realmente era idiota. Es una escena digna de Fellini.
ResponderEliminarEstimado César:
ResponderEliminarPara nada: todo espacio tiene un alto valor humano, es único, como tu existencia personal. Fue un gusto descubrirlo y leer su buen relato.
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank.
Te doy la razón acá todos dicen que hay dos futuros campeones, España o Brasil...pero nunca se sabe igual y damos la sorpresa...pense no verte por mi casa despues de tu recado de que ibas ha estar algo ocupado...me dio mucho gusto verte por ahí....
ResponderEliminarAsí es mi selección no me inspira tanta pasión...
Que tengas una bonita semana
Besos con cariño