Hablo de alguien a quien todos
conocemos. O al menos a quien todos reconocemos. Ese personaje que vive de
imitar, de plagiar actitudes y conocimientos de otros. Sobrevive por encima de
sus posibilidades intelectuales, pidiendo prestado aquí y allá y
consiguiéndolo; de alguien que trepa por encima del auténtico ingenio,
consiguiendo cierto éxito únicamente reservado a alguien de más posibilidades
inmateriales. Vive del calor que desprenden los auténticos virtuosos, quienes,
eso sí, no poseen la única gran virtud de Mimet; una capacidad infinita para apropiarse de las ideas y pasiones de
otros y explotarlas en beneficio propio. He conocido a varios. Admiro su
capacidad de apariencia, su rápido aprendizaje y su sexto sentido para
saber qué jumento cabalgar en cada
momento de los muchos de que disponen. Mimet es el caolín del Everest, el agua
del pan, el barro de la charca, la púa de la música y la C de Coca-cola y pese
a todo, consigue convertir aquellas naderías en fundamentales para la vida
extrayendo más provecho de la púa de lo que lo haría Beethoven de su Novena
Sinfonía. Las frases de Mimet son secas, aseverativas, pensadas el día anterior
para conseguir el efecto que quiere que produzcan al día siguiente. Se prodiga
poco, porque Mimet no es tonto en absoluto y sabe que debe dosificarse para no
ser descubierto. Si por alguna de esas casualidades de la vida, que a menudo se
dan en personajes como Mimet, se topa con alguien que ha triunfado, su
mimetismo le alcanzará indefectiblemente y ha de tener mucho cuidado el triunfador
para que no sea absorbida su alma por la mimética alma de Mimet…
Mimet es un ser inteligente, uno
de aquellos supervivientes que siempre se apañan para no mojarse los pies
vadeando el río a lomos de otro.
En Orense a tantos de tantos, por permanecer.
Muy bueno ;)
ResponderEliminarBesos