Preparar la mochila es una
cuestión de mero trámite; no en vano uno va en busca de su tercera muesca para
la vara. El tercer Camino, que nos entendamos.
A las siete de la mañana en punto
tomamos el Avant en la estación Empalme de Orense que sin una sóla parada nos
depositó en la estación de Santiago de Compostela a los 25 viajeros. Ni uno
más, ni uno menos. Me recorri el tren para contarlos. Mi deformación
profesional se percató al instante de lo improductivo del recorrido, pero no
todo ha de ser productivo en esta vida. Alivia sentir vuestras afirmaciones.
No nos desvíemos del Camino.
Nos dirigimos a la Catedral para
adquirir la acreditación y allí nos informan que solamente las expenden en la Oficina del Peregrino. Pero no abre hasta las 9. Nos toca esperar 1 hora a la
puerta como indigentes peregrinos. La cola se hace larga y la espera pesada,
pero finalmente, con un retraso de diez minutos, que esto es Santiago, nos invitan
a pasar. Sorpresa; en la oficina del Peregrino no expenden acreditaciones, eso
es en esta misma calle, algo más abajo. Sorprendidos y algo molestos bajamos las
escaleras para dirigirnos a donde nos indicaron. Mientras bajaba noté que la
gente miraba mis pelotas. Seguí bajando y pensando, encontré la explicación lógica a
todo el asunto; la oficina del peregrino está para atender al peregrino, pero
como aún no tenemos la acreditación, no somos peregrinos, somos turistas. Así
os Kafka un rayo!
Notaba la mirada de la gente en
mis pelotas. Eso indicaba que había acertado, en el fondo soy un poco voyeur.
El lugar que nos habían indicado
en la Oficiana del Peregrino, existía, estaba allí mismo, pero cerrado. El
cabreo de ambos subió de tono, aunque disimulamos. Podrían habernos advertido
de la hora de apertura; o lo que es mejor, podrían coordinar las aperturas.
Decidimos emprender camino sin las acreditaciones y ya en Negreira, primera
parada, ya veríamos de conseguirla, como así fue; no quiero teneros más en
vilo. Las conseguimos.
Más calmados, con la calma de
quien controla sus actos (excepto la acreditación) emprendimos camino entre el
Pazo de Raxoi y el Hostal de San Marcos, dirección a Negreira. Peregrinos: el
alto de Mar de Ovellas es un repecho traidor, tirando a asesino. Durísimo. Hay
bancos cada cien metros, en sí es ya una advertencia. Y los usamos todos. Al
coronar la cima, nos sentamos en el último banco, nos tomamos una fruta y
continuamos viaje a Negreira observando la escuadra alemana que ora nos
precedía, ora nos perseguía vislumbrándose una dura pugna hispano-alemana por el control de la situación.
Pero eso será motivo de otro
comentario que no quiero ya empalagaros con tanto vinagre.
En Orense a tantos de tantos,
después del tercer Camino.
Bien, Don Cesar. Me hago cargo de sus tribulaciones. Y es que no se puede ser turista en la propia tierra, como tampoco se es Profeta. Seguramente que tiene Vd. pendiente alguna cuenta con Santiago, y ése es el motivo de tanto obstáculo.
ResponderEliminarBueno, que sea Vd. feliz y que Dios lo bendiga. Y a ver si sabe Vd. por qué el Apóstol gallego es el único que no lleva el San o Santo por delante.
Le envío un abrazo vinero y peregrino.
Antonio
D. Antonio, su respuesta se traspapeló para el final. Aunque el evangelio me redime cuando habla de los últimos. Salutem.
EliminarPues no te dejes avasallar por los súbditos de la Merkel y si la Prima de Riesgo va con ellos hazle por lo menos la zancadilla, a ver si se esnafra contra o chan!!
ResponderEliminarRaposo, gracias pola visita. Hay que tratar bien al forastero, para que deje los euromarcos en Estrella de Galicia; no obstante tampoco podemos dejar que nos avasallen. Ya verás tú ya, como fue la cosa.
EliminarPues por poco estás dando vueltas aún... Muchas veces es mejor hacer las cosas según se te ilumine la sesera... Lo demás es tontería y ganas de perder el tiempo...
ResponderEliminarUn saludazo.
Sí, demasiada legislación invita a rodearla; pero uno aún quiere cumplir con lo establecido, eso sí hasta un punto. Lo importante es participar, que dijo aquel perdedor.
EliminarDe cuantas idas consiste la manda?
ResponderEliminarQue tengas un excelente fin de semana...Besos :)
Nunca es tarde, si el camino llega...
ResponderEliminarSi la envidia fuera tiña...
Buen Camino¡¡¡ Abrazos estivales.
Dña Pilar de la Esperanza, el Camino está ahí, es cuestión de animarse, desperezarse y sobre todo dar el primer paso: comprarse el chuvasquero. Animo!
EliminarAlgunos piensan que el peregrinaje es una actividad sometida al protocolo y que obedece a estrictos esquemas catecumenales. Nada mas lejos de la realidad, quienes así piensan se hayan sometidos a trasnochados planteamientos de rancios romanticismos eclesiales.
ResponderEliminarHoy en día, en línea con el pensamiento de los más avezados ideólogos contemporáneos, el peregrinaje puede acontecer sin premeditación alguna ante la más elemental de las actividades cotidianas: el trámite burocrático. Allí se esconde la verdadera oportunidad para el desafío iniciático, el que pone a prueba nuestra verdadera capacidad para el sufrimiento y la penitencia.
No quiero aburrirte. Ya en serio, te confieso que disfruto de tus aventuras y, de alguna manera, siento que participo en ellas cuando te leo.
Gracias por compartirlas.
Un cordial abrazo.
Tienes toda la razón; incluso para andar libremente hay que someterse a reglas. Te aseguro que es esa la parte menos gratificante. En el primer Camino, ya que iba sólo, solicité el certificado de recorrido (la Compostela) más que nada para justificarme ante terceros. ¿Cómo demuestro sino en donde estuve durante cinco días con sus noches? Velaí.
EliminarTres muescas son muchas muescas, pero imagino, tras leerte detenidamente, que no serán suficientes. Al final te faltará vara donde grabarlas.
ResponderEliminarUn saludo.
Tres muescas, grabadas sobre vara de salgueiro. Tres viviencias, tres paréntesis en la azarosa vida ordinaria, trepidante por veces, que te llenan de satisfacción por el esfuerzo realizado y por la percepción de las propias capacidades, en las que no siempre confías.
EliminarGracias por la visita.
Me gusta ser peregrina de su mano ya que no lo seré propiamente ya que no valgo para seguir las normas, la vez que hice el camino no conseguí nada oficial que lo acreditara salvo fotos y gratificación personal
ResponderEliminarUn beso caballero
Joven, si has conseguido satisfacción personal,has conseguido lo más importante, es más que suficiente. Las normas a cumplir son una más de las humildades a que debes someterte en el Camino. A mayor independencia mayor virtud en acatarlas.
EliminarD. Antonio, no se preocupe que mis creencias no me las cambia Santiago ni a mandobles de espada. Es más una cuestión deportivo-turística la que me lleva a errar por la Galicia pagana con ínfulas de Cristiana. Y claro que sé porque no tiene el Santo el apócope. Unos le dirán que es una cuestión de cacofonía; pero es algo muy simple; no usa el San para evitar que el electricista se lo apropie indebidamente.
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