Texto: Juan Eslava Galán.
Fotos: César.
La Catedral de Orense
La catedral de San Martín, Románica tardía de transición al gótico (siglos XII-XIII), es una de las grandes joyas de la arquitectura europea que sería sobradamente conocida si estuviera en Francia o Alemania.
El visitante sensible se deleitará ante el policromado pórtico del paraíso (Siglo XII), inspirado en la famosa obra del maestro Mateo de Compostela, antes de pasear por su interior (cruz latina, tres naves acabadas en ábsides semicirculares, girola y crucero).
Impresionante.Me encanta visitar catedrales y monasterios.La incluyo en mi próximo viaje a Galicia.
ResponderEliminarCierto sobradamente conocida si estuviera en el extranjero... lo mejor valorar lo nuestro!
ResponderEliminarBesos abisales
Que bellos l ugares, ojala un día tenga la oportunidad de conocerlos.
ResponderEliminarun beso
Nunca es tarde... pare valorar lo que tenemos máx prósimo, que no acostumbramos ni siquiera a verlo.
ResponderEliminarGracias César, de parte de una ourensana (por afinidad)
Abrazos.
Pediré un deseo al primer lucero de la noche para que se me conceda ver España...seré abusiva pediré también ver todaaaaaaaaaa Europa....
ResponderEliminarBesos con cariño
Orense es una ciudad tímida, abstraída, acaso, en el dulce reflejo de ese río niño que recién se abre frente a ella al cielo y a la tierra en su lento y tortuoso peregrinar hacia el mar. Una ciudad que semeja ruborizarse cuando hablan de ella y en ese rubor esconderse aún más.
ResponderEliminarUna ciudad hermosa, tanto como desconocida, quizá porque las buenas gentes de esta provincia han sido desde tiempos inmemoriales consumados artesanos de la emigración, afiladores de sueños lejos de sus sueños, humildes soñadores que no rehúyen por ello las duras jornadas de la realidad. Hombres y mujeres de mundo que cuando regresan se encuentran a gusto en esos espacios que aún no se saben vender que aún no se han vendido.
Orense no se vende la catedral tampoco, debería hacerlo, encantos no le faltan y la oportunidad está ahí, faltan quizá voluntad política, porque la política al contrario que el río gustar entoldarse y remansarse hasta la podredumbre, y escaldar las esperanzas lejos Das Burgas, en los despachos oficiales.
Tenemos con Orense una deuda de palabras y de hechos, que ha de ser saldada para que nuestros hijos y sus hijos la puedan pronunciar sin bajar la voz.
Recibe un fraternal abrazo.
Besos de miércoles muy de mañana. aun no sale el sol...se siente un poco de frió con un aroma a montaña que se entrelaza a mi café...
ResponderEliminarBesos con cariño
Muchas gracias César. Fué un día agradable el de ayer, y sí muy familiar.
ResponderEliminarBicos desde la esperanza.
A mí me pasa igual Nararíes, y a pesar de ser atea, las catedrales, iglesias, etc. y sus imágenes me gustan. Las piedras antiguas tienen un gran encanto.
ResponderEliminarMe gustan muchos estas construcciones religiosas y esta en particular la desconocía.
ResponderEliminarVamos a ver si esta vez se queda el dichoso comentario, que entre eso y que no me permite seguirlo bloguer se esta de un vago.
Un saludo caballero volveré más tarde
Si sale Buen finde
Pocas cosas hay como entrar en una de nuestras catedrales y encender una veladora. No importa si eres o no creyente. Me llena de paz, me serena.
ResponderEliminarLa de usted da envidia, D. César.
Este finde sale lo suyo del Estado de Bienestar, amigo mío, abrazos.
Pienso no perderme Orense..no he ido nunca. Creo que después de lo descrito por ti , ese pórtico policromado del paraíso de su catedral me atrae..y esos afiladores de sueños lejos de sus sueños, descritos por J Alfonso es una manera sublime de retratar a sus habitantes.
ResponderEliminarYa me habeis tentado . Iré.
Un abrazo!