viernes, 30 de abril de 2010

El Wolframio

El 17 de Agosto de 1936, un mes después de estallada la guerra civil, Sebastián atravesaba el souto de castaños que separaba el pueblo portugués de Souteliño para adentrarse en el pueblo vecino de España. Su sombrero de paja con cinta marrón no era suficiente para ampararlo del sol abrasador de la siesta de la montaña y agradecía la sombra de los castaños imaginando la desdentada sonrisa de los erizos. Era fiesta en el pueblo, pero a pesar de que las tragedias de la incipiente guerra no habían llegado a aquella esquina del mundo, el santo no salió en procesión ese día debido a la ausencia del cura y a la hambruna que se vivía desde hacía unos años. Algunos vecinos apostaban por una procesión por las tierras de labranza, suplicando por sus cosechas.

Al ver las primeras casas del pueblo, cuando la sombra dejó de protegerlo, Sebastián apuró el paso y se dirigió hacia un grupo de niños que jugaban con sus navajas intentando clavarlas en una puerta de madera.

- Oia, meninhos…¿alguén viu estas pedras..? ¿Alguén sabe onde topalas?

Sebastián les mostraba unas piedras de color negro y se las entregó para que las sopesasen.

Los chicos, que rondaban los doce años, se sorprendieron de su peso para lo pequeñas que eran, negaron y siguieron jugando.

- Oia, se topades pedras coma estas, eu pago bem. (Si encontráis piedras como estas, las pago bien)


El portugués siguió pueblo arriba haciendo la misma pregunta a los vecinos que se encontraba a su paso.

Uno de los niños que había dejado de jugar con la navaja, siguió a Sebastián y alcanzándole le dijo que él había visto esas piedras mientras guardaba las ovejas.
A Sebastián se le iluminaron los ojos y pasando el brazo por el hombro del niño le dijo.

- E vocé como se chama?

- Benito, respondió el niño.

. Bem, Benito.¿E podría voçe indicarme onde?

El niño le contestó que era lejos del pueblo, pero que en casa tenía alguna. Y salió corriendo en su busca sin darle tiempo al portugués a reaccionar. En cinco minutos Benito estaba de vuelta con varias piedras del tamaño de un puño que mostró a Sebastián. Este no pudo reprimir una sonrisa de satisfacción y le preguntó al niño que cuanto quería por las piedras. Cinco pesetas, dijo el niño.

- Concordo, contesto el hombre del sombrero poniendo en la mano del niño una moneda.

A estas alturas, la gente del pueblo había hecho círculo en torno al portugués y al niño, asombrada del precio que había conseguido por unas piedras. La festividad no impidió que cada vecino tomara un saco y saliera al monte en busca de aquel nuevo tesoro impensado.
En una hora estaban de vuelta con el saco lleno. Se las mostraron al hombre del sombrero que pasó de la más iluminada de las sonrisas a la decepción más absoluta..

- O carallo, isto non é. Nao e isto que eu preciso. Ba,ba,ba..merda de españois, fiquem cá, deixen que sexa o raparigo quem vaia imbora!(1).

(1) ( Esto no es, carajo! No es esto lo que yo necesito. Bah,bah,bah, mierda de españoles. No se muevan, dejen que el chico vaya.)



                                               - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -


El vehiculo subía con precaución por las intrincadas curvas que llevaban desde el fértil valle a la montaña. Sus ocupantes, serios, apenas intercambiaban palabra. Fue ella la primera que rompió el luctuoso silencio.

- José Benito, no duermas, que estamos llegando.

- ¿A dónde estamos llegando? Preguntó el anciano que estaba a su lado.

- A donde va ser, al pueblo.

- A que pueblo?

- A que pueblo va ser, al tuyo!

- ¿Y a qué vamos al pueblo?

Válgame Dios, dice por la bajo la mujer, lo que fuimos y lo que somos.

- Vamos al entierro de Rosa.

- De qué Rosa?
- De mi hermana, de qué Rosa va a ser? Venimos del tanatorio.

- Vaya, morreu tua irma.

El silencio posterior se cortaba y el chófer por el retrovisor observó los ojos humedecidos de la mujer y la cara de consternación en el hombre, que ahora de pronto se percataba de nuevo de la situación.
El hombre miraba por la ventana y sus ojos se avivaban por momentos.

- Allí estaban las minas de los alemanes. Señaló con la cabeza un lugar en el monte.

- ¿Y de que eran las minas, Jose Benito? Preguntó el hombre que iba al volante.

- ¡Eran de Wolframio! Las descubrí yo. Un día vino un portugués y me dio cinco mil pesetas por unas pocas piedras!

- Cinco mil, no, Jose Benito, cinco.

- ¿Y tú que sabes? No estabas allí. Fueron cinco mil, y con ellas me compré mi primera pistola…¿o vas a decirme tu a mí…?

- Vale, fueron cinco mil…..

- Claro que fueron cinco mil. O cómo iba a comprarme una pistola del nueve corto con cinco pesetas. ¿estás parva ou que?

Ay señor, suspiró de nuevo la mujer, lo que fuimos y lo que somos….

La mujer dirigiéndose al conductor, le confirmó que se compró la primera pistola cuando los alemanes se hicieron cargo de las minas y dieron trabajo a todo el pueblo, con Seguridad Social incluida. Hasta entonces nadie en el pueblo había estado asegurado.


- ¿E logo non te acordas, intervino el hombre, que unha noite , o tío Pepe o Ferreiro baixou a Verín e a mañán siguinte a parexa da garda Civil non nos deixou entrar na mina? (2)

- Acordome, einda a minha nai estivo presa no calabozo unhas noites por coller minerio. Despois vendeu a mina a os alemás por un diñeirón. Comprou outra en Ponferrada pero saliulle falsa. Qué ven lle estivo o fillo de puta.(3)

- E a tua irma estaba mala ou morreu de repente, terció el hombre que iba a su lado. (4)

Ay señor, o que fomos e o que nos volvemos, dijo la mujer mirando las primeras casas del pueblo.




Orense a tantos de tantos.











(2) ¿Acaso no te acuerdas, que una noche Pepe el herrero, bajo hasta Verín y a la mañana siguiente la pareja de la Guardia Civil no nos dejó entrar en la mina?

(3) Claro que me acuerdo. Incluso mi madre estuvo en el calabozo unas noches por apoderarse de mineral de Wolframio. Más tarde vendió la mina a los alemanes por un dineral. Compró otra en Ponferrada pero le salió falsa. Qué bien le estuvo al hijo de puta.

(4) ¿y tu hermana estaba enferma o murió de repente?

(5) Ay señor, lo que fuimos y en lo que nos convertimos.









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30 comentarios:

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  2. Gracias por la información del Wolframio, no sabía exactamente lo que era.

    Y divertidisimo el relato...menos mal que has traducido el galleguiño que si no!!!!

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  3. Cesar que buenos relatos. Me ha encantado leer "o Galego". He sentido morriña. Toda la familia de mi madre es de Lugo y toda mi infancia, la pasé en las montañas de Lugo, en una aldea llamada Cortella.

    Te dejo un abrazo silencioso con aroma canela y coco,
    Naia

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  4. Muy buena !! Y es bonito que hayas puesto el portugués y el gallego como original porque le da encanto. ¡¡¡Vaya cosas más increíbles que explicas!!!!...y lo de " Ay señor, lo que fuimos y en lo que nos convertimos"
    ...¡¡qué entrañable!!
    Besos!!

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  5. Lo que fuimos y lo que somos….Lo que fuimos y en lo que nos convertimos...Querido amigo Cesar con esta cita me voy...
    Vi a un chiquillo igual que un día todos fuimos ...Veo regresar el hombre a sus raíces lleno de lagunas en su mente...Un relato interesante el de las minas...Pero me toco mas la historia de Benito..Como lo veo me vere...

    Como sigue su mujer?

    Besos con cariño

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  6. Elucita, pereza y melancolía fuera de la casa mía!

    Ya sabes que la melancolía en este caso, se debe más al tiempo, no a los lugares.

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  7. Dña Nazaríes, no tiene mérito alguno la información, hoy en día google lo resuelve todo...o casi.

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  8. Nahahya, no sabía de tus raices. Has vivido en el corazón de Galicia, donde su nombre conserva esencias propias. Porque cada día los pueblos se parecen más entre sí. Y la diferenciación no debería ser un obstáculo para que la gente se entienda..

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  9. Dña Antonia, no quería que os fueseis sin entender nada. En el fondo el portugués es gallego, poco perfeccionado..je.
    Y nada es increíble. La realidad siempre supera a la ficción. Seguro que lo sabes.

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  10. Sra Ballesteros,Sra Ballesteros...esa melancolía...Ande usted, seguro que en dos días la primavera vuelve a florecer. Esto es un frío de nada que se cura arropándose..
    Vuelva pronto..

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  11. Que relato más interesante y entrañable Cesar, me ha gustado mucho.

    Como puedes comprobar seguí tu consejo sobre el vino y me pasé al gallego, lo que fuimos y lo que somos, ahora soy más comedida. También te hice caso con lo del chocolate y me embadurné todo el cuerpo, lo que fuimos y en lo que nos convertimos, y ahora parezco un bombón de licor... y todo por tu culpa!!!!

    Besossss

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  12. Lo sé, Sr César... se lo puse explicadito en el otro lado y cambiado el color, para que sus ojos no se cansen demasiado.

    Bicos

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  13. Seguire el consejo....je je je...

    Besos

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  14. Me gustó muchísimo leerte, ver las fotos y la historia de Benito, también tristeza al imaginarte su niñez de guerra y hambre.

    Un abrazo

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  15. Cuando la memoria se torna gris y mineral los recuerdos lejos de lastrarse emergen en las bocas de la mano de la imaginación, semejan entonces ser sueños, ser soñados, puede que hasta confundidos, y así son oídos por aquellos que quizá te los oyeron contar y los contaron un día contigo como se cuenta la vida cuando la vida es aún capaz de hacerse memoria.
    Hermoso paisaje el de este recordar fragmentado y hermoso en el que todo se confunde, en el que todo está confundido para ir así conformando el plano cierto que nos ha de guiar en la batalla contra el olvido.
    “Lo que fuimos y lo que somos”, puro esfuerzo, wolframio vivo con el que seccionar las sombras que en nuestra alma amenazan ruinas.
    La sentencia sangra ternura, no es un reproche, ella lo sabe, ella quiere decir otra cosa, ocurre sólo que ella también lo imagina, gusta imaginarlo, en otro tiempo, en otra faena, la de vivir de memoria el día a día.
    Hermoso relato amigo, un relato delicadamente tejido por la imaginación con el asombroso hilo que conforman al ocaso memoria olvido.
    Gracias por compartirlo
    Recibe un fraternal abrazo.

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  16. Yo tampoco sabía lo que era el wolframio. Cuando se aprende. Y me encantan esos diálogos gallegos, en mi cabeza suenan con su acento y todo, jeje.
    Saludos.

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  17. I,am, estás preparada para los encuentros que patrocina el Sr. Francés. Los bombones de licor son mis preridos, pero es un pecado estropear un vino gallego con los bombones..El vino es vino, los bombones, chocolate...
    De todos modos, si he conseguido que te acerques al Albariño, al Ribeiro, al Monterrey o a cualquiera de los vinos gallegos, vas por buen camino. Haré de tí una mujer de provecho una una escritora desinhibida. ¿A medias en el premio?

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  18. Así me gusta, Sra Ballesteros. Los consejos suelen ser pedanterías de quien nada sabe, pero algunas veces coinciden con lo que una quiere hacer..

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  19. Efectivamente D. Jose Alfonso, los recuerdos grises, tirando a negros lo invaden todo tan deprisa que de pronto la infancia y la vejez se confunden en una fina línea. Y siempre hay uno que olvida, uno que recuerda y recuerda que olvidará con lo que el dolor se amplifica. Mientras se ve obligado a recordar por los dos apenas sufre. Cuando recuerda por sí mismo y para sí mismo es cuando los recuerdos se hacen apenas soportables.
    Cuanta mayor consciencia mayor sufrimiento.

    Su aportación de sensatez poética enriquece los recuerdos y hace que permanezcan con mayor fijación.

    Saludos cordiales.

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  20. Sinuosa! El Wolframio es como los consejos, cuando no hacen falta no se echan de menos y cuando los tenemos no le hacemos caso.
    Allí sigue, pero no es rentable, ya apenas se hacen cañones.

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  21. Así es Aurora, la historia de Benito, es la historia de tantos hombres que por aquellos tiempos se levantaban al alba, para no dejar de trabajar hasta el "solpor"; para llevar de comer a la familia con la certeza de que al día siguiente repetirían la experiencia. Y aún así presumo que cambiarían la actual tranquilidad por los veinte años.

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  22. mmmmmm... a medias el premio???, Vale, pero porque eres tu.
    De momento acabo de enviar ya mi participación a D.Alfredo

    Nos veremos en el Bilis Club donde espero que continues con mi instrucción.

    Besos socio

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  23. Hola Cesar, perdona, mi calcetines son mas bonitos.

    Vuelvo a leerte con detenimiento.
    Un beso.

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  24. Mi estimado amigo Cesar.
    Gracias por su felicitación, lamento no cumplir ni 25 ni tampoco 26...No le voy a decir que estoy en una edad interante porque eso creo que es un invento para las personas que no han vivido intensamente...Yo he vivido todo lo que me ha tocado, lo que he querido y lo que no también...Tiene usted razón son los sentimientos los que llenan de sentido a la vida.

    Nuevamente gracias por su comentario y su felicitación.

    Te dejo besos

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  25. Hola pasaba a reeler el Wolframio porque he recordado que algo de estas minas salía en la serie de tv."La Señora" que yo he seguido..por el cura.Feliz semana.Un abrazo

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  26. Como va el pie de su mujer?...Como van las labores del hogar en sus manos?...Sólo espero que la casa siga en pie....

    Te dejo besos

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  27. Alguna que otra noción del wolframio del os alemanes ya tenía. Bien contada, la historia de Benito.

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  28. Hola pasaba saludarte, y a invitarte a una cerveza sin alcohol....con todo el dolor de mi corazón... Buen fin de semana

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  29. Necesito que publique tienes esta entrada llena de mis comentarios, sé que con tantas cosas no ha de ser fácil escribir, espero que tengas un tiempo libre entre trabajo y trabajo....

    Que tengas una bonita semana

    Besos

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