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C: No sé si fiarme de las nuevas tecnologías, chaval.
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E: ¿Por qué lo dices? Fíate!
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C: Si he de hacer caso al marcador de mi blog, más de
cien personas entran a diario a leerme.
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E: Eres muy optimista, el que entren no significa que
te lean.
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C: Deberías ser más condescendiente conmigo y darme ánimos.
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E: Es más, si entran cien personas y sólo comentan
diez, quiere decir que 90 no encuentran interesante lo que escribes.
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C: Pues sí que me ayudas. Algo no va bien, si piensas
eso. Seguramente haya una explicación para ese fenómeno. La gente es tímida.
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E: Sin duda que hay una explicación. Fácil. Son los
mismos diez que entran diez veces.
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C: Hombre, eso es halagador, que haya diez personas que
puedan estar pendientes de mis letras. Lo prefiero a resultarle indiferente a 90.
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E: Pues quédate con ese dato, antes de empezar a pensar
que es una sóla persona que entra cien veces. Eso podría ser peligroso. Podría
rayar en el acoso cibernético.
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C: Me quedaré con ese dato. ¿Has comprobado cómo la
gente se agrupa al calor de las ideas semejantes?
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E: Lo he comprobado. A la gente le gusta recibir
halagos, le gusta que le bailen el agua, no le gusta que le contradigan. A ti
tampoco, supongo.
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C: Estás en un error, no me importa que alguien con
autoridad, que me razone la
contrariedad, me contradiga. Soy razonable con las razones.
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E: Menudo trabalenguas!
Es
que, resulta que el mundo del blog es una especie de mini-editorial, en donde cada
cual es su propio redactor jefe y asume la ideología que ha mamado.
No venimos a
este espacio a razonar sino a llenarnos de razón. A dar fe de nuestra
existencia. A alumbrar frases oscuras. A reafirmarnos con testigos.
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C: No estoy de acuerdo. Hay blogs dignos de ser leídos.
Nada sectarios y muy didácticos. Blogs que no imponen, que insinúan, que
enseñan, que deleitan, que razonan. Que piensan. Cierto que hay otros que
deleitan, con cierto sesgo. Y algunos sesgados que no deleitan más que a sus
acólitos. Son blogs ideológicos. Todos muy dignos, su lectura es libre y
voluntaria.
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E.- Bueno y tú ¿ a quién buscas convencer?
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C.- Hace tiempo que conozco que no es posible convencer
a nadie, salvo que pienses como él. Quien nace zurdo, difícilmente alcanzará la
perfección con la derecha. Es preciso esforzarse mucho y la gente no está
dispuesta a hacer esfuerzos. Es más fácil abandonarse suavemente por la
pendiente de la comodidad. Ésta es la sociedad de la molicie. Ganar mucho
haciendo poco. Al hilo de esto, hace días leía a un escritor con mayúsculas, de
esos que aún no han publicado (creo) porque a la gente nos interesan más las
insípidas aventuras del mago Potter que algo que nos haga pensar. Es un texto
corto, pero intenso que acaba así: “….El
bienestar, el equilibrio, la abundancia, nos llevó a la molicie y a la
estupidez. Veremos si las dificultades con las que arranca la década producen
en nosotros ese cortocircuito necesario que nos lleve, como en otros momentos
de la historia, a la inteligencia.” (Antonio Romero).
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Ego de C: Bien, todo esto que tiene que ver con tus
cien lectores?
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C: Nada, simplemente pensaba en voz alta, buscando tu
halago.
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Ego de C: Pues ya lo tienes: Las palabras en negrilla
te han salvado la puesta, gallina!
Orense a tantos de tantos. ( 2
años ha)