jueves, 26 de noviembre de 2015

La Hija del Txakurra

El día que conocí al escritor José Alfonso Romero P. Seguín, ya lo había conocido. Fue en casa de Alfredo García Francés (garciafrances.blogspot.com). Recuerdo que me llamó la atención el intercambio de comentarios entre ambos escritores. Literatura brillante, inteligente y respetuosa. Me aficioné a ambos blogs y entablamos cierta amistad a distancia, que en el caso del escritor García Francés se truncó muy a mi pesar, por algún motivo que aún desconozco. Me dí cuenta que ya había conocido a José Alfonso, porque había leído alguna de sus columnas en un periódico de Galicia. Tenía dudas acerca de su identidad, pero su estilo me resultó inconfundible; profundiza en 1440 caracteres en cualquier hecho, llegando al meollo del mismo sin activar ni una sola crítica que desprestigie su visión sobre el asunto. Uno, escribe de cuando en cuando para entretenerse y plasmar sobreel papel-pantalla el desasosiego de cada día. Sus comentarios sin embargo, enriquecen cualquier escrito. Los guardo con gran cariño y consideración. Posteriormente supe que había estado prestando servicio de Guardia Civil en el País Vasco en lo más crudo de la lucha contra ETA. Y no me resultaba fácil asimilar la imagen de hombre sensible y escritor profundo con aquel hecho. Ahora ha escrito un libro sobre los trágicos sucesos acaecidos durante los años que vivió el terror de ETA y de los que fue protagonista en primera fila. Por él desfilan con sus nombres, los compañeros caídos en acto de servicio a muchos de los cuales ha tenido que velar con la esperanza de que nadie se empeñase en rematarlos. "...Si bien es cierto que no son pocas las veces que he imaginado que tal vez aquel inesperado comportamiento nos salvó a ambos de morir en aquella sala. Porque los terroristas nos sabían por pares y allí solo estaba el "nones" de turno, sin su par, por lo que no le salían las cuentas, y en esa duda es posible pensar que decidieran abandonar sus fúnebres planes." La Hija del Txakurra, no es una novela. Es la biografía de lo trágico, la memoria de la sinrazón de unos hechos que se tatuaron en la memoria de los españoles de una manera indeleble, para olvidarlos rápidamente. Es a la par la constatación de lo que unos seres humanos, nunca bien ponderados, y a quienes el tricornio no priva de humanidad, pueden soportar sin perder la razón, acosados por la falta de medios y por la incomprensión de prácticamente todos los estamentos, y tratados como apestados por la sociedad a la que intentaban defender. La Hija del Txakurra, no obstante, no pretende saldar estas deudas, sino que desde la reflexión más dolorosa, desde el pragmatismo más sincero, desde el "vértigo",nos enfrenta con nosotros mismos,víctimas en potencia, y nos muestra el fruto del rencor de aquellos años en que en una sociedad avanzada, unos iluminados truncaban vidas como se tomaban unos potes. Y unos hombres, casi inermes, huérfanos de todo calor, intentaban impedirlo. Ellos son las primeras víctimas. "Los relatos se ajustan a la realidad solo en el vértigo de los asesinatos y los nombres de quienes los sufrieron, quedando el resto supeditado a la fascinación que nos provoca lo trágico y al terrible desasosiego imaginativo que quien los narra." (Jose A. Romero P. Seguín)