miércoles, 26 de febrero de 2014

Desmontando la medida estrella. O no.



Estando de acuerdo en lo fundamental con la medida que acaba de anunciar el Presidente Rajoy a bombo y platillo, mediante la cual los empresarios pagarán 100 euros los 24 primeros meses por un contrato indefinido (?), me gustaría plantear alguna cuestión que podría escaparse entre el vocería ferial de los gritos del presidente. 
Veamos: en el año 2009,  y para los años 2009,2010,2011, prorrogados al  año 2012,2013 y 2014 entró en vigor una disposición adicional, la número 27, a la ley de Renta que permitía a los empresarios con menos de 25 trabajadores y una facturación de menos de 5 millones de euros, es decir, la mayoría de las pequeñas y medianas empresas, reducir sus ganancias un 20%  hasta el 50% de los salarios. Es decir que un empresario que   declarase unos beneficios de 50000 euros y mantuviese o incrementase la plantilla media podría deducirse hasta 10000 euros de su base imponible, lo que podría llegar repercutir en un ahorro de aproximadamente 3800 euros.
Esta disposición, por ser adicional y temporal, pierde su efectividad en el ejercicio 2014 y me surge la pregunta clave: ¿Será prorrogada o desaparecerá?
Si desaparece, el efecto de la tarifa plana anunciada se diluirá y será otra medida propagandística más para acallar a la gran masa, porque los empresarios diligentes saben exactamente qué medidas son efectivas y cuáles humo de paja.

Orense a tantos de tantos.

Después del debate.

3 comentarios:

  1. Veamos si me deja ponerlo :(

    Interesante...como siempre César!
    Un saludo
    Ram

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  2. Bucear, estimado César, en la superficie o bajo ella, es un ejercicio estupendo para mantener la conciencia de la propia vulnerabilidad y la capacidad para vivir bajo el poder de la seducción. Fragilidad y placer que se complementan y potencian recíprocamente. Así, se va desarrollando inconscientemente una mirada sutil contra la disciplina cruel de la invidencia. Es posible que todo sea poco más que un espejismo, me digo, como el movimiento de los diamantes que portan a sus espaldas las estrellas de mar, o los afectos que asoman por el paisaje de la red, o la coherencia de los números y las políticas. Pero no importa, aunque no entienda casi nada de todo ello, porque es en ese espejismo donde me merece la pena sobrevivir a la dictadura de lo evidente. Sé que me entiendes.
    Un abrazo.

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  3. A estas horas mi cerebro no da para tanto caballero

    Besos

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