domingo, 5 de enero de 2014

Aquella noche.


                   

Las cicatrices son experiencias a menudo dolorosas;  remiendos en la piel que añaden valor al vestido de la vida. Las invisibles son las más lacerantes, aquellas que  rondan periódicamente, siempre latentes y siempre dispuestas a atacarte al menor signo de debilidad. Imagino que por eso adoptamos ese aire de dureza ante la vida y ante las personas. Imagino que por eso en Navidad nos rodeamos de más gente, para darnos ánimos, para aprovechar la fuerza del grupo y respirar al unísono el aire cálido y el amor de los seres queridos.

Te fuiste sin decírmelo. Jamás hemos tenido el valor de hablar de ello, de aquella noche. ¿Qué sabíais?
Qué susurros callados, qué murmullos..? Qué premoniciones nefastas, qué temores..?

No hemos tenido tiempo en 40 años para hablar de ello. Búscalo, perdónale y dile lo mucho que pude añorarle. Y que siempre le he perdonado por irse de aquella manera.


Díselo.



Pensando en él.

http://nuncaestardesilachicallega.blogspot.com.es/2009/12/in-memoriam.html

3 comentarios:

  1. La poesía permite gritar desde la trinchera que uno habita, sin apenas exponerse a la intemperie de las palabras más dolorosas. Las heridas, bien dices, nos invaden poco a poco, entretejiéndose, confundiéndose, hasta que a fuerza de cicatrizar uno llega a descubrirse al fin libre de ese tiempo y esa distancia que tanto nos confundía antes de reconocernos en nosotros mismos. Sendero entre la locura y la cordura donde es posible sobrevivir.
    Te felicito por esta habilidad tuya para tocar todos los registros con tanto talento. Y para contagiarnos.

    Un cordial abrazo y mis mejores deseos.

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  2. Un abrazo, FJavier y mis mejores deseos para tu vida.

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  3. Tiene ese don aparecen en los momentos menos pensados, para recordarnos lo que hemos vivido...Que tenga un año de felicidad

    Besos

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