domingo, 12 de mayo de 2013

Alma de perro.




                                                          El Perro.


Nunca había sido demasiado proclive a creer en aquellas historias en las cuales un perro, después de caminar miles de kilómetros, se reencontraba con su dueño que le había entregado en adopción, o abandonado en cualquier lugar recóndito.
Recordaba sin embargo aquella ocasión en que su madre llegó a casa llorando desconsoladamente, rogándole que retornase a casa al perro que años antes había regalado a un familiar de un pueblo lejano de A Trepa, porque al oir aquel el ruido de la motocicleta que solía conducir para desplazarse, comenzó a dar vueltas sobre sí mismo y desprendiéndose de la correa que le ataba salió en su busca alcanzándola y regalándole  toda clase de mimos y piruetas. Hasta ahí era lo más que estaba dispuesto a concederle al instinto animal. Pero algo que sucedió el domingo pasado le ha hecho replantear sus incredulidades. Si alguien que ame a los perros tiene alguna explicación, será bienvenida.
Paseaban a orillas del Barbaña, como de costumbre, cuando en un meandro distinguieron a una mujer joven, una niña y un perro de los denominados de raza peligrosa.
Había más gente paseando y el perro se mostraba tranquilo y pacífico con todos. Nada parecía hacer ver que hubiese ningún tipo de peligro, por lo que continuaron tranquilamente. Apenas hubieron pasado a su lado, el perro le siguió no con aire amenazador, sino todo lo contrario, jugueteando  delante de sus piernas, rodeándole gozoso y dibujando toda clase de piruetas de alegria ante la sorpresa de la dueña que no reconocía aquella reacción. Como si le conociese de toda la vida. Pero no se habían cruzado jamás.

Hablaron de ello mientras paseaban y encontraron una explicación que de ser cierta, guarda cierto misticismo digno de estudio. La chica en cuestión había sido temporalmente compañera  de su hijo. A éste le gustaba de vez en cuando sisarle la colonia y el perro debió identificar el olor. Parecía la explicación más lógica. Pero esa mañana no se había perfumado en absoluto, aunque sí entró en la habitación que el hijo había abandonado  meses antes.
En su mente se empezó a formar la idea de que algo más que un simple perfume debió el perro atisbar en el hombre. Algo más íntimo relacionado con los genes y olores. Pero le pareció demasiado rebuscado. Seguramente fuese la colonia. De cualquier modo, no se la va de la cabeza la reacción del animal y en su fuero interno nace la idea de que hay mundos en el alma de los animales que ni siquiera sospechamos.


En Orense a tantos de tantos.


8 comentarios:

  1. La idea del alma del perro es muy sugerente. Porque la hemos negado sin conocer aún la esencia y consistencia de la nuestra. Como le hemos negado otros atributos por la sencilla razón de que los hemos asignado y consignado a nuestra condición. Pero cabe que no sea así, que al final ellos, como otros muchos animales, posean también esa intuición indescifrable a través de la que acertamos a adivinar los secretos más íntimos de la vida.
    Un bonita entrada sobre un conocimiento en el que media el alma a favor de la razón.
    Recibe un fraternal abrazo.

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  2. Es tal vez, el alma, aquello que recibimos mientras nos cobijamos en el seno materno y que como el metal, se endurece con el frío externo. Es tal vez el alma, la crisálida, antes de convertirse en ser adulto. Quizás tengamos alma tan sólo temporalmente evaporándose en el momento de la primera comunión, edad, dicen, en la que adquirimos uso de razón.
    Los perros, sin razón, permanecen con alma por siempre.
    Saludos.

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  3. En nuestra tradición y nuestra historia, el perro y las almas siempre van juntas,El Can Cerbero es el perro del infierno, utilizado ya por la mitología griega, despues por los romanos. Era el monstruo de tres cabezas y cola larga de serpientes, al cuidado de las almas del inframundo. Dante también lo menciona en su Divina Comedia,Un sabio como Cicerón ya explica la división entre soma-sema;

    “existían algunos que defendían que la muerte era la separación del alma del cuerpo; otros sostenían que no se producía ninguna separación, sino que alma y cuerpo perecen juntas y que el alma se extingue con el cuerpo; entre los que sostienen la tesis de la separación del alma, unos aseguran que ésta se disipa rápidamente; otros, sin embargo, que vive eternamente”.

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    1. Aleccionador comentario, Dña Cati. Sobre todo para quienes únicamente reconocemos como cancerbero a Casillas.

      Tengo para mí que el alma se disipa más lentamente en aquellos que se han preocupado de llenarla de buenos caldos. Que así sea.
      Un placer su comentario.

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  4. Tengo para mí que el alma quizá no tenga conciencia de sí misma, de la misma manera que el perro puede olfatear a kilómetros de distancia sin tener conciencia exacta de su relación con tal magnitud física. A diferencia de algunos románticos, atribuyo la dimensión del alma a un simple proceso de crecimiento entrópico, genética de la procreación, y su cualidad humana a esa dimensión fruto de la conciencia del sufrimiento que le hace a uno solidario en el dolor de los otros. Al margen de la distancia y el tiempo. Este es el alma que reaparece cuando el hombre se descubre tan vulnerable como quien ya partió para constatarlo.

    Esta entrada huele bonita. Un abrazo.

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    1. FJavier, te tomo por la palabra: esta entrada huele bonita, las otras no valen un pimiento. (je)
      No me gusta demasiado hablar del alma, sino como el recipiente de las bondades humanas, la hucha de los buenos sentimientos. De ahí que se diga que los ricos, los asesinos, los pedófilos no tienen alma. Pero deben tenerla, aunque corrompida.
      Pero los perros, faltos de razón que tergiversar, han de tener un alma como un cántaro.
      Saludos.

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  5. decía mi abuela que un perro nos estaria esperando cuando crucemos la luz, lo malo es que nunca me han gustado los perros

    Que tenga un buen inicio de semana

    Besos

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