lunes, 3 de septiembre de 2012

Ponte Maceira.

" Atrás queda el panorama pétreo de la urbe soñadora y se desarrolla el paisaje de la Mahía, tierra baja, frondosa, cubierta de pinares, jalonada de esmeraldinas riberas con saltarines regatos y boscajes umbrosos y deleitables" (Luciando Huidobro)



El Apóstol Santiago, con negra barba rizada, la espada enhiesta y aire severo se me apareció en sueños y me reconvino por lo insulso de la anterior crónica y por lo poco manso de mi actitud al poner en entredicho la ingente labor que la Santa Madre Iglesia desarrolla en tantos y tan diversos frentes. No quise yo entrar en discusión con el apóstol contando los frentes.

Así pues, borrad de vuestra mente las quejas injustificadas y atendamos a los hechos más deleitosos; entre los que no se encuentra la mencionada subida al Mar de Ovellas, latigazo seco para los muslos, punzada aguda, agonía lenta en medio de pinares y chirriantes cantos de cigarras.


Habíamos dejado atrás la Carballeira de S. Lorenzo, senderos y pequeños pueblos diseminados para entrar en el Concello de Ames; Ventosa,Lombao, Aguapesada y el susodicho alto de Mar de Ovellas cuyo descenso nos deja a orillas del Río Tambre que divide en dos Ponte Maceira y sirve de frontera natural entre los concellos de Ames y Negreira. Es el primer paraíso del Camino, un lugar para descansar a orillas del río con la monumental vista del Puente, cuya leyenda cuenta que Santiago derribó para huir de los enemigos que perseguían su cuerpo cuando era trasladado a Santiago.(Libro III del Códex Calixtinus).



                                Puente Maceira


                                   Río Tambre

Pero no corramos el riesgo de parecer historiadores; esta es una sencilla crónica de un paseo hacia los mismos lugares por donde gentes con creencias arraigadas y vidas duras transitaron; este simple hecho es para mí más que suficiente para guardarle el respeto necesario.

Apostillado lo anterior, no perdamos de vista lo esencial; el mercadeo del camino, que lleva a la publicidad engañosa; cuando leáis una flecha en donde os ofrecen algo a cambio de vuestro dinero, con la distancia a recorrer, tenéis que sumarle 200 metros más. Así pues, la flecha indicaba 100 m al lugar que habíamos concertado para pernoctar. Los 300 metros más largos del recorrido. Al menos a mí me lo parecieron.

Y la escuadra alemana siguiéndonos los pasos. Miedo daban.



En Orense a tantos de tantos.



3 comentarios:

  1. Ave César!!

    Está Usted de un andarín...que en una de éstas me coge un atajo para evitar tan escarpados sufrimientos...y se me planta en la peregrinación de San Gordillo, enhiesto el megáfono, gritando "La tierra para el que la siente y la suda"
    ;)

    Saludos!!

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  2. no sé si podría con un camino así...Saludos de miércoles :)

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  3. Este es uno de esos sitios que me encantaron desde que lo conocí hace ya... Hasta lo saqué en el que tengo de fotos.
    Esos alemanes son unos visigodos ¡qué tíos!
    Salu2

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