miércoles, 11 de abril de 2012

Lo que importa.




Hablemos de lo que realmente importa.
Dejemos de lado la prima de riesgo, los avatares del Ibexx 35, la presión de los mercados, la destrucción parcial de las Fragas del Eume, el tiro de Froilán y el bajonazo que Aguirre le ha espetado a Rajoy en lo alto de las Autonomías; restemos importancia al lote de vinos con que Bodegas Martín Códax me obsequió por una foto del Camino (mérito de mi señora) cuando lo que me hacía ilusión era ganar el premio por el relato.
No le demos tampoco importancia a la bronca que me propinó ayer un mendigo en Santiago por lo avaro de la propina. "¿Sólo me da esto?, ¿Pero como puede darme usted solamente esto?"
Lo que de verdad importa "al conjunto de los españoles" es si el R. Madrid va a ganar o no la Liga.
Antes de adentrarme en el análisis profundo de la cosa, he de confesar que, aunque no lo parezca, he perdido casi todo el interés por el fútbol; no obstante en un momento alejado, era la mitad de mi vida, la válvula de escape que aliviaba la presión que mi juventud sufría lejos de casa; corría aquella banda con la velocidad de Aquiles, como si quisiera volver a ella. No haré ostentación de las lecturas clásicas, ya que era la disculpa necesaria para observar el busto manco de Venus, compararlo con el de Afrodita y extraer las pertinentes conclusiones; a saber: la falta de brazos no era ningún desdoro, quedaban a la vista atributos de mayor relevancia.

Como  toda persona bien nacida, en frase del Sr. Bernabeú, era yo un fiel seguidor del equipo mencionado y si no fuera por respeto a vosotros, declamaría de memoria la alineación que consiguió la quinta copa de Europa en prueba de la veracidad de lo que afirmo. Sé que me creéis, por ello omito el sufrimiento.

Con la fuerza que me da todo lo anterior, vengo a sostener que lo mejor que le puede pasar al R. Madrid, algo más que un equipo de fútbol, espejo donde se miran millones de seres, algunos jóvenes y en edad de aprender, es no ganar esta liga.  Perderla supondría vaciar de contenido la idea de que un hombre sólo es el principio y el fin de todo. Ganarla significaría lo contrario  y podría penetrar de tal manera esa idea en el Club que ya no la abandone, dando lugar a lo que se vislumbra: Esquizofrenia, capricho,inestabilidad, victoria a cualquier precio...y Pepe!
Ya se ha demostrado históricamente que se puede ganar con entrenadores y comportamientos señoriales, dándose la paradoja de que incluso algunos, de familias republicanas, han llegado a marqueses.
Esta tarde-noche, pues, no veré el partido y me dedicaré a mis quehaceres al no poder entregarme por entero a la pereza.

Orense a tantos de tantos.


5 comentarios:

  1. Le propongo que haga usted seguidor del Granáa que vamos muy bien aunque a veces nos llevemos disgustos..No vio los tres golazos que le metimos al barsa? Los cinco que nos metieron ellos no tuvieron importancia...Ahora esperamos al Madrid..y Mou temblará porque el que el que viene con su equipo a Graná ni tiene equipo ni tiene ná.....!
    Por cierto bonita cabra...me encantan las natillas hechas de leche de cabra mi mamá me las hace..muy de vez en cuando

    Un saludito!!!!

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  2. Pues yo soy un culé convencido (qué se le va a hacer si me gusta el arte). Así que, ¿dónde nos deja esto?
    Sonrío.

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  3. A este Madrid le falta Franco dicen por ahí. Afirman otros que ahora el equipo del régimen es el Barcelona. Debe de ser el régimen autonómico, ese donde nos imaginaba el dictador, en plan pitonisa, imposibles para vivir en democracia. Pero volviendo a la cuestión, si es así quizá Mouriño sea el nuevo déspota de que está necesitado el Madrid, pero aun así me temo que no va a tener el favor del régimen, y que ya se sabe el tirano pese a serlo todo no es nada sin su cohorte de moscas pardas, por lo que no va a seguir condenado al ostracismo.
    Eso dicen, yo digo, que lo que le falta tal como tú señalas es la grandeza que da el ser un equipo y no un hato de estrellas descoordinadas, al mando de un estrellado.
    El futbol Cesar, dejémonos de coñas, dejó de ser futbol cuando nosotros dejamos de ser niños. Ahora nos faltan fuerzas, también las de la sinrazón, esa que nos llevaban a gritar orgullosos: ¡Ojala ganemos aunque sea en el último minuto y de un penalti injusto! Ahora aburguesados hasta las cachas gustamos de la razón, ya ves tú que debilidades, y lo que es peor, de lo excelso y refinado, mira tú que excentricidades. Y así no hay equipo que colme nuestras aspiraciones, porque para que guste el futbol debe haber: fanatismo, obcecación, obnubilación, ofuscación, enajenación… y quizá también nación, y ahora no hay nada de eso Cesar, nada. Ahora andamos por las ramas poniéndolo todo en duda, dudando hasta de nosotros mismos y así no se entiende el futbol. Quizá si fuésemos entrenadores argentinos pudiera ser que llegásemos a atisbar la gracia de tan recio deporte.
    Me temo amigo que no viste el partido porque a tu elevado espíritu se le ha abierto una vía de lucidez en el costado izquierdo, quizá el iceberg de la sabiduría, y no dejas de achicar agua buscando retrasar lo inevitable, el naufragio. Si fue así, revisa mentalmente las imágenes de ese atardecer y me veras detrás con una cesta de mimbre en las manos, las hacían en casa como el roscón, la “bica” y la empanada, creyendo amigo que íbamos de castañas. No hallaras en el suceso consuelo, lo sé, pero no echamos, mientras nos hundimos, unas risas que valen más que botes y salvavidas.
    Después podemos gritar: que no queremos salvarnos, ¡joder!, no ves, ahí aún semejamos forofos, mejore eso que resentidos, y es que solo buscamos ser mínimamente conscientes y levemente consecuentes, tampoco es pedirle mucho a la vida.
    Recibe un fraternal abrazo.

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  4. Aunque estoy con usted caballero, no se yo si mi sangre merengona que hierve se pone verde de envidia cuando mira, contempla y observa al rival podría soportar otro año más dándole la enhorabuena a la escuadra catalana, en fin
    Un saludo

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  5. Jaajajajaja qué gracia volver a esto de los blogs y leer sobre lo que realmente importa. Di que sí.

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