viernes, 28 de diciembre de 2012

Diálogos de Nochebuena.






                                            Playa de los Cristales, Laxe



A pesar de las ausencias que en cada familia se producen en Nochebuena, a pesar de los pensamientos nostálgicos, de las penas contenidas, es noche de sosiego, de reuniones y de celebración alegre. De olvidos, de quítame allá esas penas y de perdones adosados.
De carantoñas, de villancicos, de dulces y de alegrías. De Mazapanes y de sonrisas.

Y de vacile a mitad de cena.

.- Papá, este vino que has elegido, es perfecto para la cena..tan....intrincado.

Es el hijo mayor, que desde su distancia intelectual, comienza el juego. El pequeño le mira de reojo y sonríe con los ojos pícaros acompañando perfectamente la sinfonía.

.- Más bien creo que es un vino….inextricable.

.- Imposible, si fuese inextricable no se entendería. Y se entiende perfectamente. Dice: Ribera del Duero, Reserva. Tal vez quisiste decir inexpugnable.

.-No quise decir tal cosa. No es inexpugnable, ya te has engullido media botella!

.- Recuerda que el blanco Albariño te lo apropiaste. Apenas me llegó a la copa.

.- Porque estabas obsesionado domeñando los langostinos con el cuchillo y el tenedor, en lugar de con la mano. Eres un Tancredo. Por eso no bebiste.

.- Estaba esperando la ocasión de catar un vino más….rotundo.

.- Entonces reconoces que te has equivocado en la primera valoración. No puede ser intrincado y rotundo a la vez.

.- Y porqué no. Mira a papa, es intrincado y rotundo. Sobre todo de caderas.

.- No te metas con papá, no tiene culpa de ser un gourmet a todas horas. Recuerda que si quieres saber como serás, mírale.

.- Este vino por sus características organolépticas más bien parece enclítico.
.- Te has confundido, como promesa de sangre de Cristo habrás querido decir encíclico.

Ante tanto jolgorio y “vacilación” el señor tomó la palabra y dijo: ESTE VINO ES EL QUE HABÍA EN LA BODEGA, SI NO OS GUSTA COMPRARÉ OTRO CON LO CUAL NO PODRÉ COMPRAR REGALOS DE REYES.

.- Por dios, Papá, este vino es perfecto, es redondo, armonioso, recuerda a lejanos bosques balsámicos, a incienso, a regaliz, a canela fina. Es un vino goloso, equilibrado en sus taninos, el alcohol apenas perceptible, con aromas propios de las nobles maderas en que ha sido criado. Es perfecto.Por Dios no compres ningún otro.!

Y siguióse la cena, con risas y veras y velas y familia.

Felices Fiestas. En Orense a tantos de tantos de la Navidad de 2012






jueves, 13 de diciembre de 2012

Sr. Usted. ¿Quién paga sus camisas? O historia de una camisa




Olvidaros de todo lo que sé de economía. A la vista de los últimos acontecimientos, muy poco. Y tomad asiento.  

Abriremos un vino de Jumilla, nunca bien ponderado por los críticos. Disponen no obstante en Jumilla de una uva autóctona de mucha enjundia: la monastrell, que están utilizando con acierto, para posicionarse con ventaja en este mercado de pasión y fantasía que es el vino.



visitas guiadas y comidas en viña elena murcia
                                   Jumilla  (Murcia)


Después de este arranque de presunción imperdonable y que ya me habréis perdonado, continúo con lo que realmente me trae aquí; advertiros de que vosotros, clas media, o menos que eso, disculpad si os ofendo, estáis pagando las camisas ( y tantas otras cosas) de la gente guapa.
Sabéis que no me gusta tirar de libros de economía ni de sesudos premios Nobel, sino del sentido común y de la experiencia.
Por eso iré desarrollando mi tesis, comprobada y confirmada, en torno a las camisas que fulanita de Tal y Otros, modistas importantes, venden a quien pueda comprarlas a 80 euros la pieza, y no la gruesa; ni la docena.
Camisas que, en el mejor de los casos, son confeccionadas en España al módico precio, absolutamente innegociable de 1 euro el corte más 1 euro el cosido y colocado de botones. Dos euros. Euros dos. Eso sí, la camisa es de un buen paño, de ese que en el arca se vende. Estimemos pues el valor del paño en diez euros, para ser generosos. Sumamos por tanto  en el camino doce euros. Doce.
La diferencia entre 80 y 12, hasta aquí sé sumar sin calculadora, son 68 euros. Sesenta y ocho euros. Lo que supone un beneficio del 600% aproximadamente.
Y aquí viene el meollo de la cuestión. Dejad el Jumilla y prestad atención y lo comprenderéis todo. Habíamos quedado que el corte y el cosido tenían un coste de 2 euros. Y claro, el taller de costura, no puede sobrevivir. Y ahí entras tú. Y yo. El taller de costura pide al estado una subvencioncilla que el estado, padre generoso, le concede religiosamente y que se apaña para que sea crónica. Y clónica. Y cíclica.
¿Y cual es el efecto real de los hechos que os relato? Pues que entre todos estamos financiando las camisas del Sr. Gallardón, del Sr. Wert, del Sr. Rato, del Sr. Botín, del Sr.Camps, incluso me atrevería a decir que del Sr. Méndez, D. Cándido. Y lo que más me jode, perdonadme la expresión, las de Jorge Javier y las de Matamoros!

Es fácil, pues, a pesar de las dos copas de Jumilla, extraer una sencilla conclusión que no por sabida es menos cierta: han dilapidado nuestros dineros sin control alguno. ( Vaya novedad!)  y se lo han entregado, vía pequeños talleres de confección, a modistos de alta costura en donde compra aquella gente guapa, mientras tu y yo, igualmente agraciados pero responsables, nunca nos interesará comprar. Y alguien tendrá que poner coto a este desmadre, aunque sea un poco tarde. He dicho.


Y vale ya de darle a la botella. Y si tenéis dinero, haced el favor de moverlo, que me llegue.

Orense a tantos de tantos.  



lunes, 3 de diciembre de 2012

Historia de una botella.





Un amigo, hace unos años, tuvo la generosa ocurrencia de obsequiarme con uno de esos regalos envenenados que en un primer momento agradeces boquiabierto, pero que pasado el enamoramiento inicial, adviertes en toda su magnitud el auténtico alcance del malévolo obsequio: Una botella de Vega Sicilia, Valbuena, cosecha de 1996.
Venía en un estuche sin referencias, le dí amablemente las gracias y lo deposité con cuidado en el asiento trasero amparándolo a modo de cuña con la cartera para que no sufriera movimientos bruscos.
Una vez en casa comprobé de qué se trataba y pegué un brinco mental de alegría irrefrenable. Aunque pudiera permitírmelo, nunca se me ocurriría invertir esa cantidad de dinero en vino. Y es uno de esos caldos que un humilde aficionado ambiciona probar al menos una vez en su vida. La segunda reacción, ya en frío, es buscar el momento oportuno para degustarla. El vino ha de beberse en compañía. Y ahí empiezan los problemas. Si la compañía es numerosa, una botella no será suficiente para satisfacer el cálido regalo que la amistad supone. Por lo que has de invertir, al menos, en una segunda botella. Pero mientras tanto, conviene  acondicionar un lugar para preservarla del calor y de la luz, que desvirtuarían sus innegables méritos. Y héme aquí con un problema que antes del regalo no tenía. Una bodega-nevera vino para resolver parte de mis cuitas. No me resultó costoso llenarla, pero, a pesar de mi afición, no entraba en mis planes inmediatos. Así pues, el regalo se estaba convirtiendo en una fuente de gastos y preocupaciones. Afortunadamente, o no, ese año no se presentó ocasión para degustarla y de nuevo en las Navidades de 2011, me sorprendió mi amigo,aunque ya menos, con dos nuevas botellas de Vega Sicilia, esta vez Único.
Y la ocasión, calva y con el saco lleno de alegrías, llegó a lo largo de este año 2012 que termina. Y es que a menudo los hijos, aún a pesar de nuestras limitaciones, completan todas sus expectativas.

 Espero pues que este año Manolo conserve la sana costumbre adquirida y mantenga el listón al nivel que me tiene acostumbrado.
De las notas de cata, os informaré en otra ocasión, brevemente, para no resultar demasiado boquifresco.

En Orense a tantos de tantos. En Otoño.




jueves, 11 de octubre de 2012

Confieso que he plagiado.





                                 



El diccionario de la RAE, define el plagio como la copia que una persona hace de un trabajo de otro presentándolo como suyo. A mi juicio esta definición no abarca todas las posibilidades que se pueden contemplar en el plagio. No es tanto que copies el trabajo de otro como que te apropies de lo más íntimo que pueda tener una persona, su pensamiento, su manera de articular palabras, su manera de expresar ideas por cualquier medio que el arte admita. Considero por tanto que el plagio es una violación de la persona plagiada.
Es también la constatación de la superioridad del otro, del plagiado; la confesión clara y rotunda de la más absoluta admiración al hacer tuyo su pensamiento y la manera de exponerlo.
El plagio, aunque no lo parezca, es algo más habitual de lo que consideramos. Es inevitable, puesto que aprendemos de otros e imitamos sus acciones. Y al repetirlas, podemos estar  incurriendo en plagio. Cuándo le dices a tu chica, me gusta cuando callas ¿ estás plagiando? Incluso podrías estar plagiando cuando le dices que te gusta cuando habla, por que está presente.
Suele ir el plagio, para que sea tal, acompañado de un beneficio para quien lo practica. Beneficio material o inmaterial. Puede reportar beneficios palpables y medibles o simplemente puede reforzar tu posición en la sociedad. Se plagia para conseguir algo de aquello; de ahí que confiese que he plagiado. He fusilado de la a a la zeta, una frase de un escritor, consiguiendo con ello beneficio: dos botellas de vino. He prometido compensarle repartiendo el premio. El físico, ya que el moral, la subida de autoestima, no sé si podré compartirla.  Se lo he comentado y con su habitual bonhomía me ha contestado que si conseguía algún premio, era exclusivamente mérito mío, no suyo.

Mi plagio ha sido leve, porque leve ha sido el beneficio; si leían mi blog cinco amigos, ninguno más se ha añadido y quien lo ha hecho no ha venido atraído por mis méritos sino por el ordinario circular de la noria bloguera. A pesar de ello, quiero confesar para aligerar mi conciencia. Admito no obstante, que había quedado prácticamente olvidado el episodio, hasta que ha sido desenterrado  por un hecho que recientemente he descubierto; hurgando en este tablón de anuncios que es internet encontré algo que ha hecho que mi pecado sea una leve mancha de agua, comparado con la estela del Prestige de esta Licenciada, que ha plagiado todo un artículo, de la a a la Zeta, pasando por la ye precisamente al mismo escritor al que yo había plagiado una frase. A José Alfonso Romero P. Seguín.http://josearomeropseguin.blogspot.com.es/
Entre plagiadores no deberíamos pisarnos el boli, pero no puedo por menos que dejaros el enlace, no tanto como escarnio, sino como homenaje de desagravio al autor, que bien merecería figurar en la página par o impar de cualquier revista de cualquier editorial de cualquier lugar del mundo.



En Orense a tantos de tantos.

domingo, 30 de septiembre de 2012

La Repachanga






               Kikas ha tenido a bien concederme este hermoso círculo. Sé que no lo ha hecho con maldad, por ello le quedo agradecido. Arrieritos somos y en el Camino nos encontraremos.



Quedaba yo, el último día, algo dolido por la inesperada derrota que nos infligieron esos rufianes seniors, cargados de vendajes y apósitos varios.
No podía quedar así la cosa. Debía prepararme para la revancha, que dicen ha de tomarse fría. Por ello el miércoles no acudí y me quedé practicando ejercicios en el gimnasio que mejorasen mi debilitada musculación en los brazos,  a causa de la inactividad.
Esperé una semana y al lunes siguiente, el pasado, me personé con mi mejor raqueta. La que le pedí prestada a mi hijo. Vivo, en el tenis, de lo que ellos van dejando. Nada más llegar, ya estaban esperando en el gimnasio A y T, en compañía de un personaje, nuevo para mí, pero de cierta edad.  Después de escuchar a A una de sus aventuras a cerca de cierto tenista que ni me sonaba  y de lo preciso de sus golpes, bajamos las frías escaleras de la inmensa mole. Repito, inmensa mole, del club.
El club fue terminado de construir e inaugurado en el año 1989 por un “indiano” que invirtió todos sus ahorros en él. Muy pronto hubo de arrepentirse, pero ese es otro partido. Ya sabéis lo que contiene, del relato anterior. De todo para cansarse.
De nuevo formé pareja con T, que andaba por la pista como alma en pena, buscando bolas que llevarse al bolsillo. El jugador nuevo hubo de hacer pareja con A; todos los nuevos lo hacen ya que los más experimentados huyen de sus consejos y admoniciones.
Después del pertinente calentamiento y del ejercicio de recoger las bolas del suelo, A, decidió que sacaría él mismo. Observar sus movimientos en el saque es un espectáculo por el que muchos pagarían y que me resulta imposible de reproducir. Quince, dieciséis, diecisiete (Estoy contando los botes de la bola). El resultado suele ser siempre el mismo, primer servicio fuera y el segundo servicio que cae mansamente en campo contrario. Pero mientras yo me río para mis adentros, el nuevo resultó ser un jugador seguro, lo que sumado a nuestra inseguridad a estas alturas de principio de competición hizo que nos endosaran un vergonzoso 6-2 en media hora.
No y no. Esto no podía continuar así o habría que ir pensando en colgar las raquetas.
Decidí hacer algo. Hablé con Teo. Teo, te dejo al mando de la parte de atrás de la pista, me voy a la red. Se lo dije como quien dice; ahí te quedan las tierras, cultívalas, me voy a las américas. Faltó que le diera un abrazo de despedida. Teo miró hacia al suelo y asintió. Ya sea por mis voleas, ya sea por el pánico de ver tan de cerca mi cara, empezamos a encadenar juego tras juego hasta el 6-4 final. A, se las tenía con su pareja, indicándole cómo debería de pegar a la bola y a quién de nosotros tenía que cargar el juego. Lo sé porque también he sido su pareja. Hasta que decidí que si me volvía a dirigir la palabra mientras echaba la bola para sacar, se quedaría sólo en la pista. Mano de santo, a mí jamás me endilga sus “ lecciones para pegar mejor a la bola en tres movimientos”.

No hubo tiempo para el tercer set, hora y media no da para más. Media hora recogiendo bolas, otra media botando para sacar y tal vez treinta minutos intercambiando golpes. Dividido entre cuatro obtenemos el interesante resultado de 8 minutos para cada uno tocando la bola. Pero qué ilusión pensar que un día Nadal será también mayor.

El lunes pienso tomarme, otra vez, cumplida venganza.

En Orense a tantos de tantos, lunes de tenis.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Paquiño y la Justicia.





¿Qué es lo que hace que un hombre al que siempre se le ha reconocido su honradez, sin grandes ambiciones, sencillo, y que toda su vida  se ha dedicado a inculcar  ideas éticas en colegios, de profesor, se dedique a la política y que presuntamente, haya traspasado la línea roja, atacando los principios que siempre defendió?
Es la política, imbécil, contestará la mayoría encongiéndose de hombros. Pero  ha de haber algo más. La política es una actividad en donde se conjugan poder y economía, ejercida por humanos. Esa combinación de hechos, resulta un cóctel explosivo. Hay que tener un par de ideas claras. Y voluntad para mantenerlas contra viento y marea. Pero el ser humano es una cáscara de nuez, al que las olas de la codicia, del poder, dirigen a su antojo. El ser humano, al pasar por las urnas se convierte en político. Y ahí deja de ser ser humano para ser un ser “humanado”, moldeado a imagen y semejanza del grupo, obediente a los postulados del partido y propenso a los cantos de sirena. No quiero decir que el partido le anime a traspasar rayas rojas, más bien digo que el ser humano pierde la memoria y no recuerda aquellas dos cosas que ha de tener bien presentes; servicio al ciudadano y honradez acrisolada. Y los partidos tienden a cubrir con un manto de disculpa a quien se atreve a prevaricar o a aceptar dádivas a cambio de favores.
Estos días, (manda carallo)  a raíz de la detención del Alcalde de Orense, he oído más reproches a la actuación de la jueza, que a las posibles faltas del alcalde. Incluso se  ha convocado una manifestación en su apoyo  en la Plaza Mayor. 
Es conveniente tener presente siempre la idea de la presunción de inocencia. Deseo que el alcalde sea inocente; no lo conozco personalmente pero tengo amigos que son sus amigos; uno de ellos con el que he comido el mismo jueves, embalsados los ojos, a punto de desbordar, ponía la mano en el fuego firmemente por el alcalde. Pero también soy un firme defensor de la independencia de la justicia. Y la justicia lo ha señalado indeleblemente. Podría haberlo hecho de manera más discreta, podría haber declarado sin la algarabía con lo que lo ha hecho; pero también los jueces son humanos y pueden equivocarse. Y cualquiera de los dos errores, del político o de la jueza, cuando lo sean, lo serán de bulto.
Espero en fin, que la avaricia, suya o de su entorno, no haya jugado una mala pasada a Paquiño, como le denominó un compañero de partido en la convocatoria a que hice referencia.

P.D. Acabo de verlo en la Tv, sonriendo y satisfecho. O lo ha hecho bien, o piensa que lo ha hecho bien. Esto me da pie para apostillar que también pudiera ser que la conciencia se nos hubiera dilatado de tal modo que no lleguemos a discernir el bien del mal. Consideramos lógico sacar provecho por gestionar aquello por lo que ya nos pagan generosamente.

En Orense, a tantos de tantos.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Pachanga mayor.



                                    



Hacía dos años que no me reunía con mis compañeros de pachanga. Los quehaceres, la vagancia, la falta de tiempo, ya sabes, excusas.
De hoy no pasaba que me diese una vuelta por el club que un día fue de mis amores y de mis disgustos. Nueve pistas cubiertas, seis de tierra batida, tres exteriores, piscina olímpica exterior, piscina climatizada, gimnasio, pádel, restaurante, sala de fitness, la intemerata. Pero este pueblo es lo que es y lo que es no resulta suficiente para llenar tanta exigencia. Así que marcha a trompicones. Pero a lo que íbamos.
Quiero yo a mi manera hacer competencia a otro bloguero que nos narra con más poesía que este humilde servidor, sus correrías por el mundo del pádel.
Así que comenzaré por desengañaros; esto no es pádel, esto es la categoría máxima del reino de las raquetas; el tenis. El pádel es otra cosa. La  bola puede dar mil botes en cualquier esquina y no tienes más que esperarla, sin moverte mucho, para devolverla al lugar de origen. Vamos que el pádel  es la muñeca hinchable del tenis. Esto es así. Yo no lo he inventado.
Y allí estaban mis antiguos camaradas, esperándome sin rencor, a pesar de la larga espantada. Los presentaré. Allá al otro lado de la red, cerca de las escaleras que hacen de grada, A. A es hijo de un afamado artista orensano ya fallecido. Eso que veis es un cincuentón largo, ambas rodillas amparadas por sendas rodilleras, así como el codo derecho. Si no os lo hubiera presentado lo confundiríais facilmente con Robocop. Acompaña cada movimiento con un ay! lastimero que invita a no molestarle con bolas exigentes. El en cambio, en cuanto le regalas una bola a su altura exacta, te devuelve un tiro de escopeta. En esta otra parte, a mi lado, de pareja, T. T es un sesentón que hace dos años sufrió un ictus del que afortunadamente se recuperó. Poco después quemó medio cuerpo en un accidente casero. Ahora pasa buena parte de su tiempo en el club repasando los golpes que aprendió después de los 50 años. Ahí lo tenéis, con la  cabeza baja, siempre recogiendo alguna bola del suelo. Otro gran tipo por otra parte. Al lado de A, de compañero esta vez, podéis ver a V. Uve es el alma del cotarro. Se encarga de reservar pista, de las cenas anuales, de recaudar el escote y pagar la pista, en fin, de todo lo burocrático. No en vano fue un alto directivo de una empresa eléctrica, creo recordar. Uve es el único que está en perfecto estado de forma, de no ser por un pequeño detalle; ya cumplió los setenta. Al lado de T, formando pareja, tenéis a este servidor. La figura, la técnica hecha tenis, el McEnroe de las pistas. Y aparentemente en forma, después de la última caminata.
He aquí la flor y nata del deporte nacional.
Un quinto elemento se unió a la espera, por si  alguien se  rompe, cosa que no suele ocurrir, no por nada, sino por la suavidad de los movimientos. El quinto elemento es L, arquitecto en activo, y frisando también los sesenta. El me perdonará si me equivoco en un par de años arriba o abajo. Habéis comprobado que no he dicho mi edad. Uno es así de presumido. No soy el mayor.

Peloteamos diez minutos y como es lógico, aprovechamos para practicar el movimiento por antanomasia del tenis: recoger bolas del suelo. Noto buenas vibraciones; apenas he perdido toque. Tal vez sí juego de cintura, donde se van a posar todos los chuletones.
A los diez minutos estamos deseando empezar, ya que el peloteo cansa más que el partido. Saca A. Se baja, se sube, en un movimiento robótico y.. pack; fallo. Y así suc esivamente. Con todo, el primer set lo despacharon con un 6-2  a su favor. Se va Uve y entra L.
Vamos a ver, César, que tu eres la figura, hombre, no te amilanes, juega, saca, mueve, volea, corta, lifta, crúzate,  haz algo,  hombre.
Todos saben que me gusta subir a la red; volear sería la leche.
Por cierto, que por la costa dicen bajar a la red, en lugar de subir. Otros lugares, otras  costumbres.


Me toca sacar. Lanzo la bola, saco la mano derecha en su búsqueda, la espalda se resiente, oigo las costillas quejarse, pero la bola sale como exhalación, a 30Km/h, para acariciar la línea blanca. Inalcanzable. Juego nuestro. Saca Uve, juego nuestro. Dos cero, esto marcha. Leches, que son unos viejales, vamos.
En estas estábamos cuando A, que tiene más peligro que un ministro en el Consejo, dejó una bola corta a la posición de T, que no se mueve;  salgo como un rayo a por ella  y..zás. Lo noto. Me acabo de romper una fibrilla, disimulo, acabo el juego y me disculpo.
 Todos los sesentones íntegros, incluido el setentón, y la figura se rompe como una porcelana fina. Gajes del oficio. Se acabó la pachanga. Y no pudimos remontar. La venganza será terrible.
 De todos modos, quedamos para el próximo viernes para una cena de confraternización menos peligrosa que el tenis.. El próximo día prometo calentar durante más tiempo. Y es que a algunas edades, sopitas calientes.


En Orense a tantos de tantos (ayer)




domingo, 16 de septiembre de 2012

De Santiago a Finisterre.



                          Breve descripción visual del Camino a Finisterre, en seis minutos




martes, 11 de septiembre de 2012

De Negreira a Alveiróa. (Dos)






                                    


(En donde los alemanes muestran su más tozuda faz y emprenden inútil caminata por los montes del Concello de Mazaricos)


Una vez refrescado el cuerpo y aligerado los pies de las botas, nos dispusimos a emprender camino hacia Alveiroá, no sin antes acordarnos de los antepasados de la tendera que nos endilgó un bocadillo corriente por 3,5 euros.
Despedimos a los Alemanes que por entonces habían  despachado sendas cervezas y palpando las mochilas y asiendo las varas, tomamos camino de Santa Mariña entre maizales y senderos salpicados de charcas. Dejamos atrás el cruceiro de Santa Mariña, señal inequívoca de cruce de caminos y lugar franco para evitar cualquier mal de ojo, cualquier “feitizo” e incluso defensa segura contra cualquier intento de que alguien pueda pasarte la cruz. En los pueblos de Galicia, siempre existía algún infeliz que se creía portador de la “cruz”. En ese caso todo lo que emprendía se torcía, la tierra por donde pisaba se convertía en estéril y el ganado que tocaba, malparía o nunca llegaba a procrear. Si conseguía, entre las doce y la una de la madrugada, tocar la espalda de cualquier despistado transeúnte,  la cruz pasaba a aquel que fuese tocado, siempre que éste no portase un crucifijo; el cruceiro hacía sus veces.

Dejamos atrás el alto de Bon Xexús y el repecho de Vilar de Castro entre eucaliptos y pinos para, de improviso, al salir de una curva, alcanzar a ver la tierra inundada por el embalse da Fervenza, como un papel de plata en un nacimiento, rasgando el verde de los prados de la comarca. Continuamos un buen trecho disfrutando del paisaje y sintiendo a lo lejos la presencia de los alemanes que de nuevo amenazaban la supremacía de los peregrinos españoles. Un descenso nos lleva hasta un cruce cuyas flechas indican inequívocamente que deberíamos tomar una empinada cuesta  cuya cima iba tragando peregrinos que nos precedían. Fue aquí en donde pudimos disfrutar de una agradable victoria sobre las huestes alemanas. La noche anterior la peregrina había leído el itinerario en uno de cuyos párrafos podía leerse textualmente: “Hay unas flechas de dudosa autoría que invitan a tomar un desvío hacia Lago, dando un rodeo innecesario”. Tate! Aquí hay tomate. Estas parecían las flechas de que hablaba la guía. Las dudas de la peregrina surtieron efecto y ambos desandaron los diez metros que habían iniciado. Nadie a quien preguntar, pero no emprendieron la marcha como hacían todos los peregrinos. Así, en la carretera, a la espera, llegaron los alemanes que sin encomendarse a dios ni al diablo, subieron como corderos por donde antes otros iniciaron la subida. No podíamos estar seguros de estar en lo cierto, ya que, hay que insistir, las flechas eran inequívocas. El ruido de un automóvil vino en nuestro auxilio y agitando la vara el peregrino hizo señales de alto. El vehículo obedeció y confirmó nuestra certeza. Deberíamos continuar rectos sin el esfuerzo inútil del rodeo a que las flechas obligaban. La peregrina intentó dar aviso a los alemanes, pero era demasiado tarde; apenas se dignaron mirarnos. Y así fue como, mientras nosotros disfrutamos de un agradable baño en el riachuelo que discurría un poco más abajo, dando buena cuenta del bocadillo, los alemanes disfrutaron de un inútil y excesivo paseo por el monte.
Os aseguro que si en ese momento hubiese tenido un sofá, con los pies encima de la mesa hubiese exclamado lleno de satisfacción: “Por una vez éramos más listos que los alemanes”.
Una vez refrescados, continuamos rumbo a Alveiroá, sin más contratiempo.



En Orense a tantos de tantos.




miércoles, 5 de septiembre de 2012

Negreira-Alveiroá.




  Capilla de S. Mauro, Negreira.


    

                        (Donde se comienza a narrar la dura pugna habida con las huestes germanas)

                 
La tibia ducha llegó en auxilio de los peregrinos en Negreira. Pudimos por fin reparar las fuerzas agotadas durante la dura jornada. Uno ya no es un pipiolo. El Camino es como un reloj vital que te avisa de la pequeñez de tu mundo, de lo vulnerable de tu humanidad. Nos aseamos, despachamos una hermosa ensalada mixta, trasegamos dos doradas cervezas y como por encanto resurgieron nuevas fuerzas para visitar lo esencial de la villa de Negreira. Creció la villa a partir del siglo XIX en torno al pazo de Cotón y al campo de la feria; anteriormente había sido asentamiento de tibus pre-romanas y en épocas romanas fue paso y probablemente "mansio" de la vía Per loca marítima Nicraria Tamara, una calzada romana que unía Caldas de Reis con las minas de plata de Brandomil. En el escudo de armas de la villa, ésta aparece partida en dos, debido a la leyenda comentada en el panfleto anterior, en donde se dice que el apóstol derribó el puente con sus perseguidores encima, en el traslado de su cuerpo a Santiago. Que he hecho los deberes y lo he leído.
    
El día transcurrió sin sobresaltos, excepción hecha de la noche, en la que el peregrino no pudo pegar ojo, a pesar de lo cómodo de la estancia, debido a los gritos de unos desalmados transalpinos, seguramente afectados por el estupendo orujo gallego, y a quienes Baco confunda de camino y que no se crucen con el mío.
Ya de madrugada,  exhausto y congraciado con el sueño reparador, el peregrino pudo descansar unas horas, suficientes para emprender de buena mañana la marcha hacia Olveiroá. Nos esperaban casi 34 km de recorrido, una lenta eternidad.
Desayunamos generosamente, y emprendimos la marcha, cruzando el río Barcala, afluente del Tambre, por el pequeño puente que nos saca de la villa.

Apenas unos kilómetros más adelante, cerca del lugar de Rapote, desde una pequeña cresta divisamos a lo lejos la escuadra alemana, en perfecta formación de a dos. Daban pavor. La peregrina comentó con certera ironía que parecía una avanzadilla de observación enviada por “Froiland Merkel” para registrar las mejores tierras y que convenía llegar antes que ellos a Finisterre para salvaguardar el marisco.

No era tarea fácil. Comandados por Klauss Gordon,(así convendremos en llamarle) avanzaban irremisiblemente hacia nosotros. Era, Klauss, un personaje no muy alto para lo que se estila por los parejes germánicos, pero sí robusto, rozando la orondez. Las cinchas de la mochila apenas conseguían retener su humanidad que se desparramaba unos palmos fuera de la cintura. Sin embargo, todos lo seguían con disciplina germánica y se detenían donde Klauss elegía y se levantaban cuando Klauss lo hacía. Una perfecta máquina de marchar. Difícilmente batible por dos desorganizados hispanos cuyas mochilas empezaban a pesar más de lo conveniente. No obstante, apretando los dientes y la vara, nos plantamos en el siguiente avituallamiento de Vilaserio después de dejar atrás bosquetes y praderías y atravesar el regato de Forxán, con unos minutos de ventaja sobre las ordas alemanas que arribaron mientras descansábamos apaciblemente.

Nos dispusimos a emprender de nuevo la marcha con dirección a Alveiróa, para, de un modo inesperado obtener, kilómetros más tarde, la más sabrosa victoria que un caminante pueda obtener. Pero no adelantemos acontecimientos. Estamos abrochando las mochilas, repostando de agua y emprendiendo la marcha hacia la victoria parcial que se avecina. Alveiroá apenas a diez kilómetros.


Orense a tantos de tantos, después del Camino.



lunes, 3 de septiembre de 2012

Ponte Maceira.

" Atrás queda el panorama pétreo de la urbe soñadora y se desarrolla el paisaje de la Mahía, tierra baja, frondosa, cubierta de pinares, jalonada de esmeraldinas riberas con saltarines regatos y boscajes umbrosos y deleitables" (Luciando Huidobro)



El Apóstol Santiago, con negra barba rizada, la espada enhiesta y aire severo se me apareció en sueños y me reconvino por lo insulso de la anterior crónica y por lo poco manso de mi actitud al poner en entredicho la ingente labor que la Santa Madre Iglesia desarrolla en tantos y tan diversos frentes. No quise yo entrar en discusión con el apóstol contando los frentes.

Así pues, borrad de vuestra mente las quejas injustificadas y atendamos a los hechos más deleitosos; entre los que no se encuentra la mencionada subida al Mar de Ovellas, latigazo seco para los muslos, punzada aguda, agonía lenta en medio de pinares y chirriantes cantos de cigarras.


Habíamos dejado atrás la Carballeira de S. Lorenzo, senderos y pequeños pueblos diseminados para entrar en el Concello de Ames; Ventosa,Lombao, Aguapesada y el susodicho alto de Mar de Ovellas cuyo descenso nos deja a orillas del Río Tambre que divide en dos Ponte Maceira y sirve de frontera natural entre los concellos de Ames y Negreira. Es el primer paraíso del Camino, un lugar para descansar a orillas del río con la monumental vista del Puente, cuya leyenda cuenta que Santiago derribó para huir de los enemigos que perseguían su cuerpo cuando era trasladado a Santiago.(Libro III del Códex Calixtinus).



                                Puente Maceira


                                   Río Tambre

Pero no corramos el riesgo de parecer historiadores; esta es una sencilla crónica de un paseo hacia los mismos lugares por donde gentes con creencias arraigadas y vidas duras transitaron; este simple hecho es para mí más que suficiente para guardarle el respeto necesario.

Apostillado lo anterior, no perdamos de vista lo esencial; el mercadeo del camino, que lleva a la publicidad engañosa; cuando leáis una flecha en donde os ofrecen algo a cambio de vuestro dinero, con la distancia a recorrer, tenéis que sumarle 200 metros más. Así pues, la flecha indicaba 100 m al lugar que habíamos concertado para pernoctar. Los 300 metros más largos del recorrido. Al menos a mí me lo parecieron.

Y la escuadra alemana siguiéndonos los pasos. Miedo daban.



En Orense a tantos de tantos.



jueves, 30 de agosto de 2012

De Santiago a Negreira.




                         

                                 


 Preparar la mochila es una cuestión de mero trámite; no en vano uno va en busca de su tercera muesca para la vara. El tercer Camino, que nos entendamos.
A las siete de la mañana en punto tomamos el Avant en la estación Empalme de Orense que sin una sóla parada nos depositó en la estación de Santiago de Compostela a los 25 viajeros. Ni uno más, ni uno menos. Me recorri el tren para contarlos. Mi deformación profesional se percató al instante de lo improductivo del recorrido, pero no todo ha de ser productivo en esta vida. Alivia sentir vuestras afirmaciones.
No nos desvíemos del Camino.
Nos dirigimos a la Catedral para adquirir la acreditación y allí nos informan que solamente las expenden en la Oficina del Peregrino. Pero no abre hasta las 9. Nos toca esperar 1 hora a la puerta como indigentes peregrinos. La cola se hace larga y la espera pesada, pero finalmente, con un retraso de diez minutos, que esto es Santiago, nos invitan a pasar. Sorpresa; en la oficina del Peregrino no expenden acreditaciones, eso es en esta misma calle, algo más abajo. Sorprendidos y algo molestos bajamos las escaleras para dirigirnos a donde nos indicaron. Mientras bajaba noté que la gente miraba mis pelotas. Seguí bajando y pensando, encontré la explicación lógica a todo el asunto; la oficina del peregrino está para atender al peregrino, pero como aún no tenemos la acreditación, no somos peregrinos, somos turistas. Así os Kafka un rayo!
Notaba la mirada de la gente en mis pelotas. Eso indicaba que había acertado, en el fondo soy un poco voyeur.


El lugar que nos habían indicado en la Oficiana del Peregrino, existía, estaba allí mismo, pero cerrado. El cabreo de ambos subió de tono, aunque disimulamos. Podrían habernos advertido de la hora de apertura; o lo que es mejor, podrían coordinar las aperturas. Decidimos emprender camino sin las acreditaciones y ya en Negreira, primera parada, ya veríamos de conseguirla, como así fue; no quiero teneros más en vilo. Las conseguimos.
Más calmados, con la calma de quien controla sus actos (excepto la acreditación) emprendimos camino entre el Pazo de Raxoi y el Hostal de San Marcos, dirección a Negreira. Peregrinos: el alto de Mar de Ovellas es un repecho traidor, tirando a asesino. Durísimo. Hay bancos cada cien metros, en sí es ya una advertencia. Y los usamos todos. Al coronar la cima, nos sentamos en el último banco, nos tomamos una fruta y continuamos viaje a Negreira observando la escuadra alemana que ora nos precedía, ora nos perseguía vislumbrándose una dura pugna hispano-alemana por el control de la situación.
Pero eso será motivo de otro comentario que no quiero ya empalagaros con tanto vinagre.


En Orense a tantos de tantos, después del tercer Camino.


sábado, 18 de agosto de 2012

Villardevós y Villagarcía.





                      

Mi amiga E nos invitó a almorzar en Vilagarcía. E, es una de las pocas personas que conozco que consigue mantenerse al margen de “lo establecido”. Abandonó, dando un portazo, la medicina convencional para dedicarse a la medicina alternativa y ha llegado a ser una especie de psicóloga defensora de la medicina natural y de las causas perdidas.
Pero no es de E, de quien quiero escribir, sino de algo que sucedió mientras ambas, mi señora y E, amigas de la infancia, se saludaban y hablaban de sus cosas en la cocina y aguardábamos por dos comensales más, Xullio y María, hombre y  mujer de teatro.

Entré en el salón, repleto de libros de medicina, de naturopatía, de poesía, de pequeñas colecciones de escritores gallegos, Rosalía, Castelao, Valle Inclán, y entre ellos, formando parte de una colección de libritos de color verde, lo descubrí. El título fue lo que llamó mi atención: VILLARDEVOS. Jamás había oído hablar del escritor, Silvio Santiago, pero con ese título tenía que hojearlo. No en vano mis ascendientes proceden de A Veiga da Meá, Vilardevós. Ellas estaban enfrascadas en plena conversación, por lo que no  solicité el pertinente permiso y extraje el librito del armario.
El preámbulo me atrajo enseguida; contaba Silvio Santiago que su hijita, nacida en Venezuela, en donde él había recalado huyendo de la convulsa España, le preguntaba a menudo qué era él. Todas sus amiguitas, de familias importantes, tenían padres importantes y ella quería saber qué era él. No sabía que contestarle, porque durante su vida había tenido que dedicarse a numerosos quehaceres.  Un día volvió la niña del colegio y  le confesó;
      - Papá, he dicho que eras escritor, como siempre estás escribiendo. He hecho bien? Silvio Santiago asintió y en ese momento, dice, se prometió a sí mismo no dejar a su hija por mentirosa y se propuso escribir ese libro: Villardevós.
Sostiene el escritor Eloy Luis André, que Vilardevós quiere decir Vilar dos Bos homes. En cambio Jesús Taboada mantiene que significa Vilar de Abós. En cualquiera de los casos, es villa de  hombres muy principales.


He de confesar que disfruté con su lectura reconociendo leyendas y hechos que había oído en mi infancia. Una de ellas, la de la Cruz que mencioné en uno de mis post

Silvio Santiago reconoce estar emparentado con los Romero Cerdeiriña de Riós, y el único reproche que se le puede imputar a su libro es que en él no menciona, aunque se intuye, los soutos de Marcelín.
Mientras leía el prólogo, se presentaron los invitados y disfrutamos todos de una sobremesa distendida y amena.
Al volver de mi tercer Camino, os daré cuentas de él, aunque os importe un rábano.
De Santiago a Finisterre. Cinco días y vuelvo.

En Orense ya, a tantos de tantos.


miércoles, 27 de junio de 2012

La cárcel de papel.






Durante  cinco  años  había estado aguardando este día. Las  leyes  le habían  aislado en la cárcel de papel. Condena sin fecha fija de cumplimiento y sin  redención asegurada; durante todo ese tiempo (vaivenes del destino, vida que va y viene) estuvo acompañado en todo momento  por ambos.
En la cárcel de papel, observando cada día su cara, reflejo de su inquebrantable ánimo y de su brillante intelecto, pasaban lentamente las hojas.

Le vió salir, le miró a los ojos y le espetó la pregunta que había estado esperando hacer durante tanto tiempo: -¿"qué tal"?
Sólo entonces, sonriendo con esa humildad adquirida en la escuela de la sabiduría,  que acrecienta sus abundantes  méritos,  emitió dos palabras.

    - Puede ser.

Él creyó firmemente en ellas y también sonrió abiertamente mirándose en el brillo de sus ojos. Puede ser. En cualquier otro, un asomo de duda; en él un asomo de certeza.

Ya de vuelta, ( música de los  setenta,  Brincos, Bravos, Christie ) la esperanza cobró forma de cierta seguridad, al ritmo de Simon $ Garfunkel que ambos corearon, él desafinando, y el recién liberado de la cárcel de papel, con la brillantez propia del diletante aventajado.

La suerte está echada.


Orense a tantos de tantos.

lunes, 11 de junio de 2012

Facebook, por qué lo he dejado.


                                            



Uno de los motivos por los que he dejado de acudir a Facebook, es la radicalidad de algunas posturas, el sesgo de algunas opiniones y sobre todo el tiempo que perdía intentando rebatir todo lo anterior. Cuando los tuyos suben los impuestos, es justo y necesario. Cuando son los otros es una afrenta directa a la base de la economía social. Cuando roban los tuyos es para comer, cuando son los otros es vicio y descontrol. Y así hasta el infinito. La mota en el ojo ajeno y la viga en el propio.
Y sobre todo me ha molestado la ingente cantidad de ministros sin cartera que escriben en facebook y que están al cabo de la calle de cuanto acontece, conoce todos los detalles de los sumarios pasados y presentes sin haberse leido ninguno.  
 .
Demasiado tuerto que sólo ve de un ojo, demasiado fanatismo. Y podría ser contagioso. Demasiada radicalidad, demasiado odio, demasiada división sobre hechos que no tienen más que una lectura. La corrupción es condenable, cométala quien la cometa. Se firman sentencias con el único conocimiento de detalles sesgados de medios de comunicación interesados, jamás se toma en cuenta la presunción de inocencia, sobre todo si se trata de derribar al rival político o económico.
Puede que lleguemos a parecer apéndices de los partidos políticos.  Como la mayor parte de los medios de comunicación y muchos de los tertulianos que pululan por las radios y las televisiones. Incluso en el desacuerdo se nota la tendencia; es difícil encontrar criterios objetivos en la discusión. Cierto es que conozco algunas honrosas y honradas excepciones. Pero me temo que demasiada gente opina (incluyéndome) sin demasiado fundamento.  
Pero sobre todo he dejado Facebook porque considero que nadie puede estar mucho tiempo dentro sin robarte a ti mismo en  algo que dicen que concedió Dios de balde, pero que vale su peso en oro: el tiempo.  Y  te robas relaciones, aunque aparentemente te relaciones  con más gente.
Tenía razón aquel directivo de una gran compañía punto com, cuando decía que algún día desearemos cambiar de personalidad para poder huir de toda la información que hemos ido dejando por las redes sociales, que socializan la nada, que socializan la soledad y que te sumen en una falsa euforia de compañía.
Y también lo he dejado porque en seis meses no conseguí tener tantos amigos como Iniesta. Y eso fastidia, con jota. Y además, no se puede beber vino con los amigos en fisbuk.
De todos modos estoy seguro que todos vosotros sois la excepción que usa adecuadamente las redes sociales y tal vez yo esté equivocado. Aunque os digo una cosa; ha sido dejarlo y Fisbuk ha bajado en bolsa un potosí.
Ahora tengo una cuenta en Twitter y ya he conseguido que me sigan…tres! 
Pero de los buenos.

Mucha suerte y mucha discreción.


Orense a tantos de tantos a seis meses de  fisbuk.

martes, 5 de junio de 2012

Lección práctica de economía aplicada.


                                El  insinuante monstruo de la crisis sin fin.

Podría, esta noche, regalaros la más triste lección teórica de economía. Y no me resultaría difícil. (Bastaría con copiar y pegar cualquiera de las explicaciones que circulan por la red, sin red.) Optaré sin embargo por explicaros, de manera práctica, como a mí sabéis que me gusta, una lección extraída de la vida misma; de la vida cercana. Al acabar las  24  líneas comprenderéis con toda claridad,  el indolente proceder de nuestros próceres, por comparación.
Érase una vez un joven, talludito, de 1,83, guapo, deportista, moreno y soltero (abstenerse curiosas) a quien su papá mantenía una línea telefónica en una apañada compañía. Cada mes, con cuidado para no herir susceptibilidades, le recordaba lo profundo de la crisis y lo aseado que debería ser en los gastos telefónicos. Un mes tras otro, las buenas palabras del mozo convencían (se dejaba convencer) al padre, que indefectiblemente era sisado en una cantidad indecente de euros (para telefonía), en el mismo período de tiempo. Un mes tras otro, durante cinco años. Hasta que el mozo vino a mejor fortuna. El padre aprovechó la circunstancia para concederse la independencia económica y desgajó de la cuenta madre el recibo del joven cursando domiciliación en su libreta ( la del joven).
Ese mes hubo paz y después gloria, hasta el momento en que en la cuenta del joven se realizó un cargo de una cantidad indecente de euros (para telefonía). Poco después de apreciado dicho cargo, en la hora de la comida, el joven blandiendo el extracto bancario  bramó:

        - Pero papá, qué leñes (en realidad dijo qué mierda, pero  está feo aquí repetirlo.,,huy, se me escapó) de contrato tienes que me cargaron U.C.I.DE euros?
El padre, que estaba sobre aviso, comentó suavemente; el mismo que tengo desde hace 5 años.

El diálogo posterior no interesa para la cuestión que quiero acercaros.

  Lección de economía para principiantes; qué fácil resulta manejar el dinero de otros y qué cuidado pones con el propio.

Quiero proponer que cualquier ejecutivo que ejerza labores de dirección, sea pagado en acciones de la empresa que dirige y a su salida las venda (enajene) y se cobre sus servicios.

Orense a tantos de tantos.

martes, 29 de mayo de 2012

In Vino veritas.



Xullio Míguez me cae bien, conste. A pesar de su trabajo, complejo y no siempre bien valorado, es un hombre sencillo que le concede importancia a aquello que realmente la tiene; la amistad con Marta, la vida tranquila y sobre todo los buenos caldos. Fue este detalle el que me impulsó a conocerlo más profundamente. Y sabe latín.  Arrastra Xullio Míguez una cierta timidez, tal vez adquirida en tiempos de  internado, no me consta el detalle, que le impide manifestarse sinceramente con Marta. Pedirle un polvo, vamos. Su amor es platónico, aunque últimamente su mirada se desvía cada vez con más asiduidad, a las protuberancias carnales. Es cosa de tiempo que cuajen las miradas en los lugares adecuados de sus respectivas anatomías. De momento, en la página 109 no lo han hecho. Aunque se entretiene muy a menudo con la visión del armonioso esqueleto de su clienta, la bodeguera.
Por su trabajo, Xullio Míguez ha de estar al día y para ello, mientras saborea un Rioja con paladar de entendido, no se pierde detalle de lo que sucede en la televisión, cuyos programas aborrece, sobre todo aquellos en donde la casquería sale por la pantalla, salpicándole. No esperaba menos de alguien que ama el buen vino. Y porqué  entonces, Xullio Míguez, no pierde detalle? La culpa es siempre de las mujeres; Marta presenta uno de esos programas y él, amparándose en la cortina de la pantalla, aprovecha para admirar a escondidas su belleza, mientras recompone las piezas del caso que está investigando en este momento. Porque Xullio es detective privado; y si a Guardiola le pagan por hacer lo que más le gusta, a él le pagan por investigar un caso que por momentos se enfanga en los lodos pecaminosos del vicio y la depravación; y todo ello en el marco de unas afamadas bodegas. Jauja, para cualquier investigador con gustos enológicos.


In vino Véritas, es el contexto editorial por donde se mueve Xullio Míguez de la mano del escritor Francisco Castro, que con un estilo desenfadado, irónico y muy fácil de leer, que  me recuerda a Eduardo Mendoza y a su tocador de Señoras, aprovecha para ajustar cuentas con la manera de hacer televisión de los tiempos modernos.
Mientras, Xullio Míguez prosigue sus lúcidas investigaciones por el paisaje convulso de nuestra sociedad. Pero sobre todo en casa de la bodeguera.
Y si en la primera frase dejaba constancia de mi admiración por Xullio, es para que no me tenga en cuenta el atrevimiento del consejo: yo el vino tinto dejaría que alcanzase los 16 grados como mínimo, aunque sea del Ribeiro y no esté amaderado. Pero para gustos cosechas y el mío es raro, lo reconozco.

Orense a tantos de tantos.

martes, 15 de mayo de 2012

El Consejo de los monos.




Voy a deciros una cosa: me gusta Alsina. Es claro, directo y pedagógico. No carga las tintas y escudriña en la noticia con solvencia, profesionalidad y (es mi opinión) con cierta brillantez.
Por eso voy a deciros una cosa; todo el mundo ahora echa la culpa al enemigo del desaguisado de Bankia. Unos que fue Juan Bautista, otros  que Elías, otros el Hijo del Profeta, los de más allá que MAFO, los de más acá que Rato y su señora ama, la aristócrata del Oso y del Madroño. Pero en verdad en verdad os digo que como siempre, habremos de ser nosotros, el pueblo llano,  y un Rato mosqueado, quienes acudiendo al sentido común hallemos la verdad de los acontecimientos.
Verdad Primera: ¿No es cierto que, a pesar de que la Inspección de Hacienda no fuera o fuese capaz de controlar las operaciones del díscolo empresario, es éste quien defrauda y el responsable de sus actos, sin despreciar el deber "in vigilando" del Organismo oficial que corresponda?
 ¿No es cierto que, si por cualquier denuncia o casualidad sus mentiras se descubren, él pagará y con intereses, la mala práctica y si se tercia, con la cárcel.?

¿Y quién es el empresario  en una Caja de Ahorros? Quién toma las decisiones? Teóricamente el Consejo de Administración que las traslada al Consejero Delegado que las hace ejecutar.
¿Y quién nombra al Consejo de Administración? Velaí. Ya nos vamos acercando al fondo de la cuestión.
Pero preguntémonos más, para no juzgar en vano. ¿El Consejo de Administración de las Cajas de Ahorros o el órgano que haga sus veces, aconseja "de gratis" o cobra por los consejos? Cobra y bastante, respondo.
¿Y quien cobra tiene responsabilidad?  Pues claro que la tiene. Y no vale que me digáis " pobrecillos", qué va saber un ATS, o un Mecánico, o un electricista, o un médico  de economía, que así no se puede aconsejar. Pues volvemos al inicio, responsable es quien pone a alguien que sabe que no puede aconsejar en el Consejo. Y encima le paga.
Porque no sé en Madrid, pero aquí en provincias, los consejos de las Cajas de ahorros estaban formados por políticos y gentes (salvemos a la persona, como a Pepe, el futbolista) que no tienen ni pajolera idea de para qué se reunían una vez cada quince días sino para devengar dietas y kilometrajes y asistencias a Consejos. Parné, vamos. Guita. Quita, quita.

Por eso, es indecente, incongruente, inconsecuente, repelente, que los políticos se pasen la pelota por las pelotas de unos y otros, cuando ellos saben que nosotros sabemos lo que ellos saben que sabemos que han hecho. Y después vendrá la labor in vigilando. El mero hecho de que haya que vigilarles, indica la clase de clase que vienen siendo.

De ahí mi cabreo, que disimulo.

Orense a tantos de tantos. Y cuántos y qué malos.

(Después de lo escrito) 
Como si me hubiesen leído (este escrito dormía hace días en el fondo de word), acabo de leer que los Consejeros de la CAM se exculpan alegando que ellos "no estaban preparados para saber lo que se aprobaba, que firmaban lo que les ponían", &&&&&%%!!!!!!!!!!!!!!!!$%%$%%.¿y es que para los ensayos en laboratorio no hay monos? Pues que los pongan también en los Consejos.


domingo, 6 de mayo de 2012

Banco malo (culo,culo!)




Imaginemos por un momento un país. Un país cualquiera, para no ser injustos. Le llamaremos Estepaís. En Estepaís, como en muchos otros de su entorno, las personas han aflojado; quieren hacerse ricos sin mucho esfuerzo y fruto de esa sana costumbre y trasladándola a otros campos, apenas se molestan en practicar el noble arte del flirteo y la conquista amorosa. Para qué perder el tiempo. Por eso el gobierno de Estepaís, como el de los demás del orbe, han permitido que en cada una de las provincias existan varios burdeles gobernados por sendos proxenetas. El gobierno de Estepaís quiere que sus ciudadanos estén servidos cumplidamente y en todos los aspectos. Al principio va todo a las mil maravillas; los burdeles conceden todo tipo de servicios para los que han sido creados cumpliendo a satisfacción con las expectativas del gobierno, quien hace la vista gorda ante algunas prácticas dudosas de sadomasoquismo y maltrato. Nada que llame excesivamente la atención, excepto para el azotado. El negocio estaba llamado a ser redondo y los chulos comenzaron a nadar en la abundancia. Pero la avaricia es un monstruo insaciable de innumerables estómagos  y enseguida comenzaron a contratar más meretrices, algunas no demasiado agraciadas. En poco tiempo las feas y la crisis que se vivía en el mundo, alejaron a los clientes y los chulos comenzaron a preocuparse. Formaron un sindicato pidiendo ayuda al gobierno, quien, para evitar males mayores, accedió a subvencionarlos con millones de dólares. Las meretrices feas seguían en los burdeles y no había cura que las desease bautizar, sustrayéndole el trabajo a las guapas. El malestar era notable tanto entre los ciudadanos como entre los chulos y la preocupación del gobierno por una revuelta ciudadana que les privase del poder, era varias veces superior  a su sabiduría. Se empezó a rumorear que las meretrices feas tenían que abandonar los bonitos burdeles para ocultarse en otro burdel con menos luces para dar el pego. Los chulos, lógicamente, no podían permitir que su patrimonio fuese incautado gratis et amore. Del amore vivían. Como siempre que algo así ocurre comenzaron a circular una serie de consignas para ver cómo reaccionaba el rival. Los chulos, seguros de su papel en la sociedad, y de que aquello que pedían los clientes no tiene enmienda,  cavilan que el gobierno no podrá dejar a sus ciudadanos sin tan elementales servicios, por lo que en este instante se están organizando en Lobby  y se vislumbra con claridad que pedirán indemnizaciones millonarias  por separar a las chicas feas de sus hermanas las guapas, así como que le sean abonados los gastos de manutención y ocio, que por sí mismas no  podrán agenciar. Tan claro como la luna.


A veces preferiría ser viejo, para no tener deseos...

Orense a tantos de tantos.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Callejeros cantores.


Siempre me han sorprendido las hermosas entradas de Fjavier, la perfección de sus formas, la sorprendente delicadeza de su contenido; es por ello que intentando emularle, sólo he conseguido quedar en evidencia.
Debajo de mi lugar de trabajo se apostan diariamente toda clase de artistas callejeros y a veces, sorprendido por su calidad, me veo obligado a bajar aprovechando la hora del café y grabarlo con mi móvil (de última generación, que dios confunda). Os dejo el burdo resultado de este trabajo; los primeros artistas son dos croatas, ella triunfadora muchos años en la Tv de aquel país y él un miembro de la orquesta sinfónica. Se conocieron en España, viven en Lugo y recorren Galicia en un utilitario en el que duermen porque no consiguen ganar para pagar una pensión. Mientras tanto, como pasa en muchos órdenes de la vida, alguien se forra con la décima parte de méritos. Los segundos cantores, son dos tenores de los que no puedo dar referencia alguna. La tercera parte olvidadla, canta el vino sousón en una comida de confraternización con unos amigos, curas para más señas. Por supuesto me han dado su permiso.

Al margen de ello, os dejo una dirección para que echéis una mirada y votéis el horror del relato "El ánima peregrina".http://www.1000caminos.com/relatos_interior.php?edicion=2012&id=361





Orense a tantos de tantos.

sábado, 28 de abril de 2012

!Ha vuelto!


                                                  Roldán, después de la aventura.


Lo contó mi suegra en directo. Hablábamos con ella por teléfono cuando con voz entrecortada dijo: alá ven!
Camino abajo adivinó la silueta de Roldán, cabizbajo, derrotado y contrito. En cuanto la mujer le llamó, cuenta que empinándose de sus cuartos traseros le propinó un abrazo como "de un humano". Por la tarde hemos subido a reparar algunos destrozos y nos recibió con alegría pero también algo arrepentido, seguramente por no haber dado con los asaltantes. Se notaba cansado y más maduro. Espero que nadie venga a reclamar alguna cabra coja. Roldán ya está en casa, respiramos tranquilos. Los rumanos también.
Agradezco a San Antonio todos sus desvelos y la celeridad en su intercesión.


Orense a tantos de tantos.

viernes, 27 de abril de 2012

Roldán se ha dado a la fuga.



                                                                  Se busca.
                                   

Ayer mismo campaba a sus anchas por toda la finca, excepto por las hileras de Merlot, Godello y Treixadura debidamente protegidas. Este mediodía cuando los dueños se personaron para realizar las labores cotidianas, se encontraron con la puerta de la vivienda forzada, los armarios registrados y la ropa por los suelos. Mi suegra, con el nerviosismo, al intentar llamar a su hija, alarmó a media España, allá donde tiene familiares. En cuanto llegué me recibió con lloros y gritos lastimeros: "ay, meu canciño.." La consolé y le advertí que a pesar de todas sus virtudes, Roldán es tan sólo un animal y seguramente se ha concedido una alegría y enseguida volverá ahíto y satisfecho. Ella seguía con sus gemidos hasta que llegó la policía científica, que simplemente confirmó el allanamiento aseverando que seguramente habrán sido rumanos, "los nuestros son más cuidadosos". En los detalles están las diferencias, pensé. Seguramente los "nuestros", dejarían flores en el jarrón de la entrada.


El hecho es que a estas horas de la noche, Roldán no ha vuelto de su paseo; ignoro si anda de perras o simplemente busca a los ladrones. Espero que mañana lo encontremos, como la vez anterior en que se fue de juerga, con las orejas mordidas pero con cara de plena satisfacción.

Orense a tantos de tantos.