domingo, 16 de enero de 2011

Santo, Santo, Santo


He recibido docenas de mensajes de docenas de lectores, acusándome de buenismo a raiz de la última puesta. Incluso el nombre sabe a gallina. Algunos, además han incluido fotografías con dedicatoria.


                              

Tal vez no habéis leido el texto en profundidad; también se decía: Ten principios, defiende tus principios. Y eso es lo que voy hacer. No quería dejar entrever pasivismo ante la dureza de los tiempos que se avecinan; simplemente deseaba alejar el derrotismo. Protestar en vano no  va a contribuir a hacer la vida más llevadera. Ojalá tuviese tal poder de convocatoria como para cumplir el deseo de mi santa esposa que anhela una gran manifestación en defensa de los derechos de la ciudadanía; y si hay que cercenar bienestar, sean las castas más pudientes las que nos den ejemplo. Empezando por los políticos, que sus derechos no empequeñezcan los derechos de los ciudadanos, que sus prebendas no nos empobrezcan ni un euro más, que su pasotismo no sea ejemplo de actividad. Siguiendo por el capital y la banca que nos destroza al 19 por ciento, sin contar 30 euros por posición deudora con la aquiescencia del Banco de España; continuando por sus ejecutivos que ejecutan nóminas de muchos ceros y pensiones de jubilación escandalosas. No olvidemos que tenemos cierta fuerza moral para pedirles prudencia, pagamos también por sus errores. Y que se ponga freno al desenfreno descontrolado de subvenciones, regalías y demás. Si no desaparecen, que se controlen para que quien las recibe no las utilice para otra cosa que para aquella en que fueron pensadas: ayudar al colectivo, no enriquecer a un particular. Las Autonomías, ay las Autonomías. No tengo tiempo para hablar de ellas, es un sin fin de despropósitos.


                                  

Este es el momento, dice mi santa esposa, de arreglar esas pequeñeces. No podemos permitir que nos quiten ni uno de los euros que nos hemos ganado a pulso si la clase política no da  ejemplo recortando visiblemente sus privilegios. Que se pongan a la altura del pueblo. Para lo cual han de demostrar  capacidad de servicio, no de servirse, y trasparencia económica.

Hasta aquí puedo hablar. Espero que los que me han enviado postales, me las reclamen.


Orense a tantos de tantos.

11 comentarios:

  1. Buenísimos ambos, César. Se me había pasado el texto de Carlos Casares. Gracias por traerlo aquí.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Yo no envié postales, amigo Cesar, hace tiempo que las quemé para dar más énfasis a mi filiación anticreacionista. Pero de habértela enviado habría sido una más laica, del tipo en el que un orador desde su tribuna le dice al pueblo: “No penséis lo que vuestro país puede hacer por vosotros, pensad en lo que vosotros podéis hacer por mí”.

    Me consta a estas alturas tu atinado sentido común que, empiezo a sospechar, está perfectamente modulado desde el de tu santa esposa, a quien no tengo el gusto de conocer pero a la que ya empiezo a admirar merced a tus referencias.

    Como habrás comprobado soy poco amigo de santos y oraciones, “afueraparte” de aquellos que encuentro en la cotidiana rutina y que si salen en alguna estampita no es del tipo que agrada a ninguna iglesia.

    Es lo que tiene dedicarse a la ciencia en conciencia.

    Gracias por tu amable visita. Un cordial abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Lo de los amenes repetimos como Tics genéticos gravados a fuego en nuestro ADN, pero usted no vale para santo su sentido común, su realismo y la compañía de su señora en tándem para formar gran equipo se lo impiden. Además yo le pido no se ame arrime demasiado a esta iglesia y siga en la cordura de sus letras y en la defensa de sus principios

    ResponderEliminar
  4. Me apunto a tu “entrégate”, porque no es lo mismo entregarse que entregarte, explicarlo no tiene sentido, se siente. Entregarse es luchar, es creer, es amar…Cualquier otra entrega no encierra sino rendición, en una palabra, no luchar, no creer, no amar…

    De todos modos no estaría mal conseguir para ti un hueco en el santoral pagano, César de Merlot, aunque suena mejor San César de Merlot, tú veras, a los demás nos queda adorarte, otra cosa no cabe.
    Recibe un fraternal abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Que ambiente más de misa se respira aquí,falta el vino (de misa).

    Diré como Esperanza que si el texto anterior era bueno ,éste es mejor.

    Recuerdo una canción...Santo,santo,santo es el señor,Dios del universoooooo,llenos están,el cielo y la tierra de tu gloriaaa....(ya no me acuerdo de más).

    ResponderEliminar
  6. Uyssshhh... vi el santo en la foto y ¡casi no vengo!
    Me quedo con el que se pongan a la altura del pueblo... ¿es mucho pedir al santo?
    Besos abisales

    ResponderEliminar
  7. Yo creo que la santa es su señora esposa, don Cesar, usted nos pide entrega, y luego nos envía a lo de garcía grancés adjoudouí.
    Saludos cordiales

    ResponderEliminar
  8. Alejar el derrotismo es una opción acertada, ¿y la gente te envía postales de Santos? Jajaja ¡Cómo está el patio!

    ResponderEliminar
  9. D. César, es cierto que la protesta sin propuesta llega a ser cansina. Tiene usted razón.

    También lo es que quienes deben hacer las propuestas son ellos y nuestra única salida como blogueros ante su indolencia o maldad es protestar con el fin de crear ese estado de opinión necesario para lograr que salgan a la calle los miles de personas que anhela ver su esposa exigiendo sentido común en la acción de los responsables políticos.


    ¿Alguien duda de que los políticos cedan un ápice de sus privilegios si no se lo exige una opinión pública exasperada?

    Pero, me estoy extendiendo y venía a anunciarle que en el Blog Revista tiene usted colgada su entrada sobre 10 vinos a menos de 10 euros. Le felicito por esta entrada tan polémica y por cuidar nuestros bolsillos bebiendo rico.

    Un abrazo muy grande, amigo mío.

    ResponderEliminar
  10. César en mi blog hay un premio para vos.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  11. Yo ya no recuerdo si te envié o no te envié postal subrayando tus bondades. Busca en el cajón, de estar, es la que iba sin nombre.
    Saludos.

    ResponderEliminar

Bate palmas!