domingo, 12 de diciembre de 2010

Los controladores y el Nobel.

     Un estimado bloguero ha publicado un post, como siempre, interesante. Suelo contestarle en su blog, pero ante el temor de aburrir a sus lectores-los míos son condescendientes con mis desbarres-con su permiso, le contesto aquí. Enlazo con su entrada por si alguien desea ir a ella, lo que le aconsejo sinceramente.                                            

http://elblogdejoseantoniodelpozo.blogspot.com/2010/12/militarizacion.html



Puedes escuchar la canción de este cantautor, si te place y eres un gran magnate musical, ponte al habla conmigo. Espera tres segundos a que acabe la publicidad.






                                                      MILITARIZACIÓN

Unos lagrimones como arándanos, querido escritor, me han impedido seguir leyendo más allá de la línea décima de su escrito de hoy. Pobriños controladores. Siempre preocupados por nuestra comodidad y cómo se lo pagamos!

Desde niño conservo la costumbre de transformar mis trágicos pensamientos y los miedos atávicos en pensamientos positivos con la simple contemplacion mental de acontecimientos agradables que enseguida me devuelven el optimismo. Para ello, y para seguir leyéndole, que me agrada, he querido visualizar a ese controlador agobiado por el peso de la responsabilidad, consultando, vía internet, comme il faut, el abundante saldo de su cuenta corriente; ya sabe, son controladores, han de controlar también sus dineros.

Imagine usted, escritor mío, esos, como término medio, doscientos mil euracos al año. ¿Se lo puede imaginar usted? ¿Cuánto vale el Premio Nobel.? No lo sé, pongamos que doscientos mil para hacer fáciles las cuentas. ¡Reciben un premio Nóbel cada año!

Acordará usted conmigo que quien recibe un Nobel está obligado a respetar extricta y escrupulosamente las normas gramáticales y ortográficas. Diría más, está obligado a buscar la excelencia y encontrarla.

Imagine usted ahora, a Don Mario Vargas Llosa publicando un libro con retruécanos, faltas de ortografía y faltas de concordancia gramaticales y , a modo de dedicatoria, en la primera página, en letra bien grande y legible la siguiente leyenda: “ Que os den, estúpidos, que no merecéis mis servicios”. Cuando menos, no estaría bien y si no le hiciesen restituir el premio, presiento que, al menos, si ello lo permitiesen las normas, no le sería concedido nunca más.

Quiero tranquilizarle, Sr. Del Pozo, los controladores, como cualquier ciudadano, serán juzgados por las leyes democráticas que regían en el momento de su falta o delito. No serán fusilados al alba. Su trato militar- que a mí no me agrada por más democrático que sea el poder que los controla- comienza al minuto siguiente en que fueron militarizados, ni un segundo antes. Y desde entonces no tenemos quejas de su comportamiento.

Y mire, querido escritor, siento tanto como usted que el caso que menciona de la desdichada Marta del Castillo, es una burla a la democracia y a toda la sociedad. Un fracaso del sistema, efectivamente. Pero estoy seguro de que se ha empleado toda la fuerza del estado democrático; falta saber si hay que dotarlo de más fuerza. De hecho, le han quitado, a los asesinos, todo lo que poseían; lamentablemente, sólo disponían de su propia libertad. Militarizarlos no habría conseguido más, posiblemente. Pedir- ya sea irónicamente- la militarización para ese caso, es como si usted y mis-quince-lectores, solicitasen para mí el premio Nobel.

También estoy con usted en los posibles folclores y protestas que se producirían si esta decisión la hubiese tomado un gobierno de otro signo. Por eso me atrevo a pronosticar que menudo marrón le ha quitado este gobierno al que venga, si por fin consigue finiquitar el problema. Menudo favor, amigo, le habrá hecho al más que posible gobierno del PP. Y no me niegue que lo que es bueno para el PP es bueno para España.


Disculpe la largura de mis razones, pero carezco de capacidades para sintetizarlas de otro modo.



Reciba usted mis saludos más cordiales.


(Con estos ejercicios de opinión, no pretendo dejar notariada mi conformidad con cualquier conculcación de derechos a cualquier trabajador. Rechazo cualquier abuso de poder, venga éste de donde venga)

6 comentarios:

  1. Plass, Plass, Plass...Extenso pero concreto querido.

    Un placer de ejercicio de opinión

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  2. Don Carlos, tiene usted una pluma de fácil lectura y eso es muy de admirar. Además, se trasluce siempre en sus palabras un grato y contagioso sentido de humor no menos envidiable. Creo que es de ley decírselo.
    Sobre el tema de marras no me extenderé porque ya me aburre. Sólo decirle, con el cinismo justo, que en este mundo, tal y como lo veo, eso de la libertad y los derechos sigue siendo una milonga multimedia, un espejismo dispuesto a revelarse como tal a la menor de cambio. No importa. O sí.

    Un admirado saludo.

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  3. Me gusta lo que dices,te aplaudo,Ya te comentaré otro dia mas extenso.

    Besos

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  4. Tus garantías César son fiables y confiables, si tu militarizas yo estaré ahí, si dudarlo, porque sé que tu mano dura es de la sutil naturaleza que adorna un tierno pámpano de merlot.
    Los beneficios de la militarización han hechizado a notables hombres de estado, y a estados sin hombres, por la sencilla razón de que aportan sin misterio la dosis esencial de miedo que hace productivo al más laso de los ánimos.
    La cuestión amigo mío es que a la voracidad de los controladores se contrapone la ineficacia del ejecutivo, y para sanarnos de ambas se impone el uso de la fuerza, la militarización, la supresión de derechos que por el sacrificio que su consecución ha exigido a lo largo de la historia deberían ser tratados con más respeto.
    Busco decir que de ti me fio pero de los controladores y del gobierno no, y eso no es bueno, porque tu eres bueno, pero no ordenas nada, pero ellos si ordenan, ordenan tanto que a menudo terminando dándose ordenes intolerables en nuestro descontrolados rostros.
    Te observo apasionado y sabiamente irónico en tu respuesta, no exenta de razón. En fin, que es la suya una respuesta de la que ya me gustaría ser digno receptor, así entiendo que la recibirá tu interlocutor.

    Mil gracias por tú crónica sobre el partido del siglo entre esos dos pueblos eternos.
    Recibe un fraternal abrazo.

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  5. Amigo Don Cesar,

    Primero lo primero, es decir, mi opinión sobre su reflexión acerca de los Controladores y el conflicto que han planteado. Es que no debo, ni puedo, añadir ni quitar nada a su comentario. Es impecable. Tendrían que darle a Vd. un Nóbel por su claridad de ideas y lo diáfano que es su escrito. Desde mi humilde opinión, no puedo más que aplaudirlo y adherirme a él. Que sí, ¡coño!, que con doscientos o trescientos mil Euros se pueden, y se deben, hacer hasta milagros. ¿A qué viene esa huelga, esa rebelión, que parece de unos señoritos andaluces prepotentes? ¡Que no, que no, que no tienen razón!

    Por su comentario en el espacio de Don Alfredo, en el que Vd. dice que dejemos los trueques, tengo que entender que Vd. está dispuesto a enviarme no una, sino dos docenas de buenos tintos, así por la cara, gratis et amore. Yo se lo agradezco mucho, de verdad, pero también entiendo que su economía no debe ser tan holgada, como para poderse permitir esos lujazos. Le sugiero que esperemos un poco a ver si nos toca el Gordo de la Lotería, y entonces Vd. podría enviarme, no dos docenas, sino incluso tres, y yo podría corresponder adecuadamente con papeles verdes, o del color que fuese.

    En cuanto a lo que comenta en mi blog sobre la frase Veni, uidi, uici, tengo que decirle que Vd. ha tenido la suerte de tener buenos profesores de Latín, pues la pronunciación que con toda seguridad tuvo Iulius Caesar, su tocayo, fue
    ueni, uidi, uiki. Si Vd. pronuncia así, pues mantenga esa pronunciación, que es muestra de sólidos conocimientos en Latín. En cuanto a lo que le sugería la última palabra, pues, eso, que a Vd. le sugería lo mismo que a todos los demás, el nombre de una fémina bien totada con un una buena perspectiva de hacer algo por ella.

    Reciba Vd. mi admiración por su sentido del humor y la ironía, y un amistoso abrazo.

    Antonio

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  6. Ni una coma, es que cuando s escribe se escribe.
    Saludos

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