martes, 28 de diciembre de 2010

Dimisión

He de anunciaros que mi aventura en la Consellería ha tocado a su fin. He presentado mi dimisión irrevocable. Las cosas allí no son como uno las hubiera deseado y los problemas superan con creces la ración de patriotismo que puedo digerir.
Verbigracia: Pretendía el Conselleiro que aprendiese Inglés en dos tardes, amén de dominar el gallego con soltura, insinuándome que debería  hablar el catalán en la intimidad. Nada de ello me arredraría sino fuese porque me asignaron un chófer y un guardaespaldas a los que tenía que procurar cama y comida. Y llenar el depósito del coche blindado.
Si los sábados necesitase de los servicios del chófer, acudiría con su mujer y sus dos hijos; los fines de semana con la familia son sagrados, argumentó.
Comprenderéis que haya presentado mi renuncia y aceptase el finiquito de Sesenta y nueve mil sesenta y nueve euros por las doce horas de asistencia al Consello. Conservaré el coche blindado los seis años que me corresponden, pero he devuelto el guardaespaldas ya que me pareció que miraba con excesiva concupiscencia  a mis vecinas de edificio. Procuraré canjearlo por un pastor alemán.

Agradezco sinceramente las lágrimas derramadas por mi corta ausencia al tiempo que pido disculpas si mi decisión os ha causado las mínimas molestias.

Finalmente no tenía vocación de mártir y me salvaré de arder en la pira; no sé si me salvaré de morir pirado.


Orense a tantos de tantos, otra vez.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Música de despedida.




Debido a imponderables de trabajo, por culpa de un cargo de responsabilidad para el que he sido requerido, he de dejaros por un tiempo, no sin antes agradecer emocionado vuestra amistad que he sentido tan cercana como si fuese real. La vida sigue y tal vez, antes pronto que tarde,  podamos vernos de nuevo. En lugar de farfullar unas palabras he dispuesto-perdonadme por el atrevimiento-un video con la música de HDC, grupo que me ha sido muy querido, y una pobre edición propia. Os deseo toda la felicidad para estas fiestas y para el resto de vuestras vidas.


Orense a tantos de tantos.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Felicidad y vacas gordas

 
No es baladí, queridos míos, la imagen. Esta vaca busca con toda sus ansias la felicidad, lo que le ha servido para  que la traiga como ejemplo de lo que deseo para vosotros.  La búsqueda continuada de la felicidad, mientras hacéis otra cosa. Bueno, con sus limitaciones, no tenéis que copiarla en todo. Y no está demostrado que se llame Zetapeica.


FELICES FIESTAS

miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿De qué va esto?

Estoy muy preocupado.
Después de más de cien entradas-pido disculpas por no haberos invitado al centenario- aún no sé de que va mi blog. No va de opinión, no va de política, no va de música, no va de literatura, no va de poesía. No va de nada.


Lo que me concede cierta libertad para hablar de lo que quiera. Y expreso mi opinión lo más honradamente que sé a la luz de mis pocos conocimientos. Si me he posicionado al lado del gobierno-o en contra de los controladores- en esta reciente refriega, es porque he seguido de cerca sus andanzas y sé a ciencia cierta que sus privilegios han sido conseguidos con chantajes en cuantas ocasiones han podido. Cualquier contrato así firmado en la sociedad civil ordinaria sería nulo de pleno derecho. Aún así, si se demuestra que cualquier actuación del gobierno ha sido ilegal, sin retirar mi censura a los controladores, retiraré mi apoyo al gobierno.( Lo que hará temblar las instituciones).

Desde hace unas horas mantengo unos ciertos remordimientos con respecto a este tema por alejarme de la sabias y profunda reflexiones de algunos respetados blogueros, en torno a la pérdida de derechos adquiridos por los trabajadores con gran sacrificio. Y creedme que lo digo sin ápice de ironía. Pero por encima de todas las consideraciones, los remordimientos vienen dados  por algo que nunca hubiera imaginado de él: por  coincidir casi de la A a la Z con un artículo que hoy publica en el Mundo el Sr Jiménez Losantos.
Esto sí me preocupa realmente.


Orense a tantos de tantos.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Los controladores y el Nobel.

     Un estimado bloguero ha publicado un post, como siempre, interesante. Suelo contestarle en su blog, pero ante el temor de aburrir a sus lectores-los míos son condescendientes con mis desbarres-con su permiso, le contesto aquí. Enlazo con su entrada por si alguien desea ir a ella, lo que le aconsejo sinceramente.                                            

http://elblogdejoseantoniodelpozo.blogspot.com/2010/12/militarizacion.html



Puedes escuchar la canción de este cantautor, si te place y eres un gran magnate musical, ponte al habla conmigo. Espera tres segundos a que acabe la publicidad.






                                                      MILITARIZACIÓN

Unos lagrimones como arándanos, querido escritor, me han impedido seguir leyendo más allá de la línea décima de su escrito de hoy. Pobriños controladores. Siempre preocupados por nuestra comodidad y cómo se lo pagamos!

Desde niño conservo la costumbre de transformar mis trágicos pensamientos y los miedos atávicos en pensamientos positivos con la simple contemplacion mental de acontecimientos agradables que enseguida me devuelven el optimismo. Para ello, y para seguir leyéndole, que me agrada, he querido visualizar a ese controlador agobiado por el peso de la responsabilidad, consultando, vía internet, comme il faut, el abundante saldo de su cuenta corriente; ya sabe, son controladores, han de controlar también sus dineros.

Imagine usted, escritor mío, esos, como término medio, doscientos mil euracos al año. ¿Se lo puede imaginar usted? ¿Cuánto vale el Premio Nobel.? No lo sé, pongamos que doscientos mil para hacer fáciles las cuentas. ¡Reciben un premio Nóbel cada año!

Acordará usted conmigo que quien recibe un Nobel está obligado a respetar extricta y escrupulosamente las normas gramáticales y ortográficas. Diría más, está obligado a buscar la excelencia y encontrarla.

Imagine usted ahora, a Don Mario Vargas Llosa publicando un libro con retruécanos, faltas de ortografía y faltas de concordancia gramaticales y , a modo de dedicatoria, en la primera página, en letra bien grande y legible la siguiente leyenda: “ Que os den, estúpidos, que no merecéis mis servicios”. Cuando menos, no estaría bien y si no le hiciesen restituir el premio, presiento que, al menos, si ello lo permitiesen las normas, no le sería concedido nunca más.

Quiero tranquilizarle, Sr. Del Pozo, los controladores, como cualquier ciudadano, serán juzgados por las leyes democráticas que regían en el momento de su falta o delito. No serán fusilados al alba. Su trato militar- que a mí no me agrada por más democrático que sea el poder que los controla- comienza al minuto siguiente en que fueron militarizados, ni un segundo antes. Y desde entonces no tenemos quejas de su comportamiento.

Y mire, querido escritor, siento tanto como usted que el caso que menciona de la desdichada Marta del Castillo, es una burla a la democracia y a toda la sociedad. Un fracaso del sistema, efectivamente. Pero estoy seguro de que se ha empleado toda la fuerza del estado democrático; falta saber si hay que dotarlo de más fuerza. De hecho, le han quitado, a los asesinos, todo lo que poseían; lamentablemente, sólo disponían de su propia libertad. Militarizarlos no habría conseguido más, posiblemente. Pedir- ya sea irónicamente- la militarización para ese caso, es como si usted y mis-quince-lectores, solicitasen para mí el premio Nobel.

También estoy con usted en los posibles folclores y protestas que se producirían si esta decisión la hubiese tomado un gobierno de otro signo. Por eso me atrevo a pronosticar que menudo marrón le ha quitado este gobierno al que venga, si por fin consigue finiquitar el problema. Menudo favor, amigo, le habrá hecho al más que posible gobierno del PP. Y no me niegue que lo que es bueno para el PP es bueno para España.


Disculpe la largura de mis razones, pero carezco de capacidades para sintetizarlas de otro modo.



Reciba usted mis saludos más cordiales.


(Con estos ejercicios de opinión, no pretendo dejar notariada mi conformidad con cualquier conculcación de derechos a cualquier trabajador. Rechazo cualquier abuso de poder, venga éste de donde venga)

lunes, 6 de diciembre de 2010

Combate de Sumo

A la vista del conflicto Gobierno-Controladores, no tengo yo la suerte de acordarme de unos versos de Lorca, como le sucece a mi amigo Jose Alfonso  Romero P. Seguin. http://josearomeropseguin.blogspot.com/2010/12/mal-de-ojo.html

Yo pienso en dos combatientes de sumo que desde el año 1977 en que se desmilitarizó el servicio pasando a la juriscicción civil, se tienen agarrados de las partes más sensibles, apretándoselas mutuamente. Mirándose con ojos vidriosos por el dolor se susurran: “No nos hagamos daño”. Si uno afloja, aflojará el otro. Si uno aprieta, apretará el otro.

Los espectadores, leales con las reglas del deporte, observan atónitos los escupitajos e insultos que a regularmente se regalan ambos luchadores; muy a menudo van a parar al rostro de los espectadores de primera fila que se irritan pero enseguida se distraen con la rubia de al lado y con el fragor de la pelea. El gobierno de cuando en cuando pide un descanso para negociar y afloja la mano, sintiendo en sus partes pudendas la mano de su adversario que no la retira. No hay acuerdo y de nuevo las manos prenden aquellos atributos masculinos aprentando más a cada momento que pasa. El sumo controlador inspira con fuerza, carraspea y lanza un gran escupitajo mientras aprieta con más fuerza los huevos que tiene en la mano. El escupitajo es tan potente que salpica a toda la primera fila que se levanta y amenaza con gestos iracundos al pequeño monstruo, lo que aprovecha su rival para voltearlo con una burda llave. Ipon.

El público, en caliente, lo agradece y aplaude enfervorizado la maniobra.

A falta de lo que estime el árbitro, el sumo-controlador permanece tendido fuera del círculo de la batalla.



Orense a tantos de tantos, alarmado.