(Con mi cariño para todos los abogados que se encuentren en la sala.)
El timbre sonó furioso en aquel despacho de una céntrica calle. La secretaria acudió a abrir la puerta dibujando la mejor sonrisa que pudo encontrar en el espejo que colgaba en la pared pero el rostro desencajado de la persona que esperaba pasar, la devolvió a su estado natural.
- Está el abogado? Dijo, sin apenas mirarla.
- Un momento, está al teléfono, siéntese por favor.
- No voy a sentarme, espetó el individuo, esperaré a que acabe.
La secretaria se dirigió al despacho de D. Cualquiera que tecleaba en su portátil y le comunicó que alguien le estaba esperando.
- Es cliente habitual?
- No lo es, no lo recuerdo. Parece muy alterado, le hago pasar?
- Si, dígale que pase, confirmó D. Cualquiera.
El hombre entró con paso precipitado y apoyándose en el borde de la mesa con las dos manos se dirigió al abogado.
- Quiero que interponga una demanda contra el hijo puta de su vecino, y que ahora es mi vecino, sí, ese al que usted conoce tan bien y que me está jodiendo la vida, el cabrón!
- Vamos a ver, tranquilícese, no sé de qué me habla, tenga sosiego, en este despacho no permito ese tipo de descalificaciones, apuntó D. Cualquiera.
- Qué me sosiegue? Que me sosiegue, dice usted? ¿cómo cojones voy a sosegarme teniendo por vecino a ese hijo de la grandísima puta que me quiere arruinar la vida? ¿Cómo quiere que me tranquilice si el muy mamón no para de hacerme la vida imposible..? Me cago en su puta madre, quiero que le empapele, que le lluevan tantas querellas que no salga de los juzgados.
- Vamos a ver le he dicho que en este despacho sobran ese tipo de comentarios o me veré en la obligación de pedirle que ..
El abogado se detuvo en el momento en que el hombre sacaba un fajo de billetes de su bolsillo interior y los depositaba encima de la mesa.
- Tenga, seis mil euros para los primeros gastos!
El abogado le miró, le sonrió y tomando notas en la agenda, le dijo
- No sé preocupe por ese hijo de puta, mañana mismo comienzo con la demanda, pase por aquí para firmar los poderes.
Et panduntur portae.
lunes, 1 de febrero de 2010
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Que lindo post, me gusto mucho.
ResponderEliminarLindo blog, te sigo.
Besos...
Abogados de oficio, noble oficio, que nos asegura el derecho a la defensa, quién los quiere, mejor de pago, porque no se trata de defenderse sino de atacar, no de hacer justicia sino de obtener venganza. Abogar por la cordura, es la sepultura de cualquier letrado.
ResponderEliminarBien lo expresa Ud. en su relato, en le ve la costura ética al asunto, uno embiste el otro insiste en la corrección, hasta que media el dinero, santa razón, acabáramos, parecen exclamar ambos de acuerdo en la intención, a partir de ahí, ambos son carne de la misma carne, la de la ambición, para que otra razón.
¿Son los nadie forja de los cualquiera, o es a la inversa?, ilústreme si tiene a bien.
Excelente relato amigo.
Reciba un fraternal abrazo.
Poderoso caballero... César. Así es el mundo que estamos construyendo, aún en la esperanza de que las cosas irán cambiando, es bastante desolador. Estuve en tu ciudad, paseando por el centro estuve atenta, hacía frío, no encontré a nadie con calcetines a rayas. Ah, qué buen ambiente en la calle de los vinos. Qué ricos¡ Un abrazo.
ResponderEliminarLástima que el dinero todavía siga comprando personas.
ResponderEliminar¿Dónde nos quedó la ética y la dignidad?
Besos de susurros
Ely, bienvenida, lamento que te hayas estrenado con los gritos del que busca venganza, como certeramente ha diagnosticado el Sr. P.Seguín, procuraré suavizar el léxico ya que has llegado..
ResponderEliminarSr P.Seguín usted destripa el problema tan certeramente que hace que cualquier relato, ya sea concebido en diez minutos y caricaturizado de una experiencia cercana, parezca una simple avemaría! Efectivamente, salva salvandi, las voluntades se acercan cuando hay un nexo común y desde que ha dejado de existir el trueque, ese nexo común se llama siempre de la misma manera. Money,money!
ResponderEliminarEsperanza, desesperado he quedado al no poder compartir contigo un vino gallego. Si has estado en el centro, y has levantado la vista, por fuerza has debido de ver unos calcetines a rayas, aunque pensándolo bien, tal vez hayan perdido las rayas con las recientes heladas.
ResponderEliminarSé que habrás disfrutado de la hospitalidad de esta pequeña pero acogedora ciudad, aún sin mi compañía...
Constance, dulce perturbadora, la ética está en cobrar para que nuestros hijos puedan acudir a colegios donde reciban clases de ética.
ResponderEliminarSeguramente el problema radica en que en las clases de ética les enseñen a ganar dinero para que puedan a su vez llevar a sus hijos a clases de ética.
Ni Alejandro el Grande cortará ese nudo gorgiano...
Es una pena que el dinero lo corrompa todo, verdad?. Genial post.
ResponderEliminarUn beso y un susurro dulce
Cambie abogado por político y seguro que sirve igual, D. César.
ResponderEliminarD. César, respecto al tema de las colombianas, ¡las mujeres españolas ya no saben qué hacer para humillarnos! Bua, Bua... Mira que decir que "habrá que pillar un francés".
Su oferta de producto nacional gallego parece que tendrá éxito, insista amigo y gracias por su elogio a las colombianas. Le juro que se lo merecen.
jeje... que suerte no soy abogada!!
ResponderEliminarasí que puedo decir, por lo bajito..., que así vamos y asi nos va, si, si...
Besos desde el abismo
Lo de los políticos me lo ha quitado usted de la punta de la tecla, Sr Francés, pero comprenda, estoy a punto de recibir un favor de un amigo que me lee y no quisiera boicoterme a mi mismo...compréndalo...
ResponderEliminarEn cuanto a los de las mujeres españolas, efectivamente, han ido demasiado lejos...¿Puede creer usted que incluso se van a Cuba a buscarlos? Como se lo cuento. Pero eso no quita para que me sienta más molesto con el tema de los gabachos que por ser más próximos pueden avergonzarnos de mayor manera, restregándonos sus cosas. No obstante confío en que mi llamada al orden autonómico surta su efecto y las aguas vuelvan al Miño....
Saludos cordiales.
Abismo...directos al abismo, sí!
ResponderEliminarPero no será tan terrible si allí te encontramos...
Lo de abogados, se podria cambiar por politicos, jueces, notarios, funcionarios.... una lista interminable. Esta claro que con dinero, se te abren muchas puertas. Aunque por suerte, ni todos ni todo se compra con dinero.
ResponderEliminarGenial post Cesar.
Besitosss
Tiene gracia que no me sorprenda nada lo que hace el abogado, me sorprende mas que todo el mundo lo vea como algo taaaan terrible, cuando el que mas el que menos tiene un precio... hay que ser realistas
ResponderEliminarVale, vale, podríamos ser cualquiera, Sweet....¿No estará ahí el meollo de lo que (inteligentemente porrrr supuestoo..) ha querido decir el autor???
ResponderEliminarNo quiero líos con los abogados que tienen al abogado pago!
Ay, Miscelánea, por esta vez te vale la mismísima respuesta, que no quiero líos con los abogados, lechesss..!
ResponderEliminarPues la verdad es que me ha parecido una bonita historia incluso me atrevería a decir que demasiado humana. Por qué a todos les llama tanto la atención el detalle del dinero, si todos hacemos la mayoría de las cosas por conseguirlo, estudiamos para lograr mejores puestos y mayores salarios, El pobre abogado solo hace su trabajo, además seguro que recordó lo HP que era su ex vecino, y se apiadó de su desesperado cliente. Hizo una obra de caridad aceptando el caso, porque está claro que la caridad bien entendida, empieza por uno mismo.
ResponderEliminarBicos polbo galego
D. César, ha habido en España grandes revisteros, críticos taurinos, que han creado enorme afición entre los antitaurinos no radicales.
ResponderEliminarPerdone un inciso pero me he acordado de "Solera", un pasadoble compuesto por mi padre a uno de ellos, el gran crítico que fue Emiliano Uruñuela, "Litri". Un momento de silencio en homenaje a los dos.
Un día se lo canto, amigo.
Ay, I Am, has conseguido convencerme de que los abogados son parientes próximos de Vicente Ferrer. Si es que tu poder de convicción puede llegar a hacerme creer que un francés es mejor que un gallego..!Si María Pita levantara la cabeza!
ResponderEliminarInsisto, insisto, insisto....es una metáfora de la vida, podríamos poner curas, obispos y, como no, cabría en toda su extensión el Tribunal de la Rota por méritos propios!