martes, 10 de noviembre de 2009

Cortísimo.

"Amelita se acurrucó en la quebradura de su pecho. Y ella  sonrió acariciando tierna sus pliegues oscuros de azabache. Y al instante supo que sus besos ya no eran los suyos, ni tampoco las palabras, ni las caricias demoradas después de mil sonrisas y alguna confidencia. Pero siempre le quedaría, qué bien olía, el aroma de su piel a jardín de cien magnolios, a cedro desnudo, a lavanda y palosanto. No importa le dijo, hasta donde pueda, yo te querré por las dos. Y una lágrima amarga espejo de luna, se descolgó de su adentro con blandura."




(Del libro "Nubes de papel", de relatos ultracortos, autor: Carlos García-Manzano.)




7 comentarios:

  1. Pues creo que no lo he entendido jajajaja

    ResponderEliminar
  2. jejeje..Miscelánea, tranquila...yo lo entenderé por los dos...

    Marina, gracias...es de un poeta convecino que me lo ha prestado amablemente...

    ResponderEliminar
  3. Que escrito más tierno,
    ¿sabes? soy mucho de olores, siempre recuerdo cada instante importante de mi vida.

    Mis felicitaciones.

    Besitos corazón

    ResponderEliminar
  4. Je..Bonita manera de decir que lo demás no te gusta...!

    ResponderEliminar
  5. Revientapoetas???tampoco es eso joe jajaj, más bien, sincera. Voy a leerlo unas cuantas veces a ver si llego a algo.

    ResponderEliminar

Bate palmas!