lunes, 12 de octubre de 2009

La politica

Los Políticos.


Hace mucho tiempo que convivo con la idea de que la política es el menor de los males, aunque no por ello un mal menor. Los políticos nos toman por tontos y lo peor es que a veces tienen razón.

Desde la Prehistoria los líderes surgían. Se hacían a sí mismos, no tenían que ser guapos, sino llevar a cabo hechos que los demás no podían o podían en menor medida. Era líder el que mataba más osos, el que llevaba más comida a su tribu, el que mejor guiaba las ovejas por los pastos, el que más moros mataba, el que más cristianos mataba…No era líder cualquier mindunguis sino aquella persona que acumulaba hechos, acciones, ideas..

Es por eso que de un tiempo a esta parte tengo para mí que nosotros tenemos gran parte de culpa, al no saber elegir a los líderes.

Deberíamos, como pueblo soberano, saber darnos un sistema de elección parecido a aquel que nos permita votar a la persona que más se haya significado en los últimos años. Aquella persona que haya sabido elaborar una idea y consiga llevarla al triunfo. Un Líder de verdad.

Es cierto, ya sé lo que estaréis pensando, millones elegirían a Cristiano Ronaldo, a Raúl o a cualquiera de los nuevos falsos ídolos que pululan por la sociedad. Me da igual, mucho peor no creo que pudieran hacerlo. Me da igual siempre que no voten a Belén Esteban.


No obstante, tengo un plan B por si ocurriera lo anterior. Este plan no fallaría y seguro que nos divertiríamos durante las elecciones.

Consiste en reunir a todos los candidatos y llamar al Sr. Bassat. Este propondría una serie de pruebas e iríamos descartando al que no venda todas las aceitunas y por supuesto a todo aquel que meta mano en la caja. Yo propondría al Sr. Bassat la siguiente prueba: Cada uno de los candidatos sería nombrado alcalde del barrio más marginado de su circunscripción, aquel en donde reinase la miseria, la drogadicción, el analfabetismo más absoluto; le daríamos 6000 euros y una pala (pensé también en el pico, pero estoy seguro que de eso va bien servido cualquiera de ellos); si en el plazo de dos años eleva el nivel de vida siquiera en un punto, retira al menos a un habitante de las drogas y consigue elevar el nivel de escolarización en otro punto, está preparado para ser votado. Sin asesor de imagen, sin cortesanos, sin televisión que le baile el agua. (Los asesores de imagen son a los políticos, lo que el photoshop a las modelos. Ilusión. A veces me entran ganas de votar a los asesores de imagen..tienen mérito tenerlos ahí arriba con la de tonterías que hacen.)
 Con esos hechos en la mano ya tendríamos datos objetivos para votar.

Mucho me temo que no tendríamos candidatos y sin embargo tenemos el derecho a saber a quien votamos. Que no lo sabemos.


En Orense a tantos de tantos de dos mil nueve.


2 comentarios:

  1. La idea de exigirles que hayan hecho algo es curiosamente innovadora, aunque como bien dices, venga de lejos. Y también que si le exigiésemos ese esfuerzo muchos no estarían.
    La reflexión es a mi juicio algo más que brillante, es sincera y profundamente honesta. Se palpa, se saborea, en cada palabra, en cada oración...
    Una maravilla. Recibe un fraternal abrazo.

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  2. Tu talento aparece como un sextante, un astrolabio, un compás en una travesía donde los marineros están más desorientados por la ambición que por la mediocridad, que de ambas andan sobrados. Así, la obviedad de tus reflexiones adquieren la categoría de extraordinarias. Quizá, pienso, la iniciativa de listas abiertas abunde en ese planteamiento tuyo de primar la confianza en aquel a quien conocemos en la eficacia de lo cercano. Un abrazo.

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